Las necesidades para cubrir los compromisos en dólares del próximo año y medio rondan los U$S 12.400 millones. La cifra da cuenta de las dificultades que deberá afrontar el gobierno para asegurar la disponibilidad de divisas con que hacerles frente.

El cálculo fue realizado por la consultora Eco Go. Allí se engloban los pagos al FMI y a otros organismos internacionales, como las amortizaciones e intereses de los bonos soberanos, tanto del Estado nacional como de las provincias. También se incluyen los Bopreal (bonos en dólares) del Banco Central y las obligaciones en moneda extranjera contraídas por el sector privado.

La cifra es neta de los ingresos ya programados a través de desembolsos de organismo internacionales. También asume un supuesto todavía no verificado: que tanto las empresas como las provincias logren refinanciar parte de sus compromisos en los próximos 18 meses.

Según el cuadro elaborado por la consultora, los pagos en dólares hasta diciembre insumirán U$S 7541 millones, cubiertos en parte por los desembolsos ya prometidos de organismos internacionales que aportarán U$S 6471 millones. De esa manera, la diferencia neta sería de U$S 1070 millones.

Un año difícil

El gran problema radica en 2025. Para ese momento confluirán los pagos semestrales de bonos (enero y julio) por U$S 7245 millones, con el cese de la asistencia del Fondo Monetario Internacional. Además vencerán U$S 2340 millones del Bopreal y entre la deuda de las provincias y las empresas privadas se necesitarán unos U$S 2733 millones. Descontados los ingresos prometidos por organismos internacionales, la cuenta da un rojo de U$S 11.364 millones para todo el año que viene.

La magnitud de esos compromisos encuentra a un Banco Central mal parado, que durante el otoño e invierno acumuló muchos menos dólares de lo previsto ante la falta de liquidación del complejo agroexportador, la principal fuente de divisas. En el primer semestre el sector aportó unos U$S 11.000 millones, casi igual que durante la sequía del año pasado y un 42% menos que en 2022. Los dirigentes de la Mesa de Enlace le advirtieron al ministro de Economía, Luis Caputo, que con este tipo de cambio (que los productores juzgan atrasado) no espere mucho más para el corriente año: “El 46% de la cosecha ya la vendimos y liquidamos. Lo que falta lo haremos de acuerdo a nuestras necesidades financieras”, dijo Elbio Laucirica, titular de Coninagro.

Así, la recuperación de las reservas del BCRA se detuvo. “En términos netos las reservas internacionales han vuelto a ubicarse negativas en torno a los U$S 6000 millones, valor similar al de inicios de marzo pasado”, detalló el informe de Eco Go.

Medidas y dudas

Las últimas medidas tomadas por el gobierno, que lo habilitan a intervenir en el CCL para contener la brecha con el dólar oficial, sembraron dudas en el mercado sobre la capacidad del Banco Central para juntar los dólares necesarios para el pago de las deudas. Por eso, si bien los dólares financieros bajaron, los bonos soberanos no repuntan: el riesgo país finalizó la semana en 1562 puntos.

En paralelo, en un intento por calmar la ansiedad por el levantamiento del cepo, desde la calle Reconquista anunciaron que flexibilizarán el acceso al mercado oficial para los importadores: en lugar de recibir el monto total en cuatro cuotas mensuales podrán hacerlo en dos. La aceleración del cronograma tendrá efectos de corto plazo: “Bajo nuestra estimación, hará que en octubre de 2024 se genere el momento de mayor demanda, dado que vencería allí una cuota equivalente al 150% de lo importado de esos productos”, señalaron en Romano Group.

En la consultora Ecolatina posaron sus ojos en el dólar blend, por la mezcla en la liquidación de las exportaciones que obliga a pasar por el mercado oficial sólo el 80% de las divisas y el otro 20% por el CCL. Ese estímulo para los exportadores también le juega en contra al Banco Central, porque “afecta a la cantidad de divisas que podría adquirir la autoridad monetaria bajo condiciones normales; introducir modificaciones conlleva riesgos que no aseguran un flujo mayor de divisas”, señala el análisis.

Depósito anticipado

La situación explica algunos de los movimientos de Caputo en los últimos días: las reuniones en Río de Janeiro con funcionarios del Tesoro estadounidense, el FMI y el Banco Mundial (ver aparte), como también la orden al BCRA para que envíe el oro al exterior, en un posible intento por ofrecerlo como garantía para un préstamo del Banco de Pagos Internacionales (BIS).

Para tranquilizar los ánimos, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció hace un par de semanas que el Tesoro ya procedió a “la compra y el giro de los dólares para hacer frente a los intereses de Globales y Bonares en enero de 2025” y que los U$S 1528 millones permanecerán hasta ese momento en la cuenta del Bank of New York, sólo para esa finalidad. El anuncio, sin embargo, sigue sin tranquilizar a los mercados.  «

Contactos de Caputo con Yellen y Georgieva

En una nueva búsqueda de respaldo económico, Luis Caputo participó de la reunión de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales que se realizó en Río de Janeiro. En su intervención, el titular del Palacio de Hacienda pidió reformas en los procedimientos para que los bancos de desarrollo sean más ágiles y flexibles a la hora de otorgar préstamos.
Lo más importante, como suele ocurrir en este tipo de foros, pasó entre bambalinas. El ministro tuvo reuniones con dos funcionarias de relieve en la arquitectura financiera internacional: la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
Además de las fotos de rigor, Caputo consiguió declaraciones de respaldo de ambas funcionarias, que llamativamente coincidieron en destaca la necesidad de un «esfuerzo para proteger a los más vulnerables». También hubo reuniones con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. Sin embargo, no hubo anuncios de nuevos préstamos.