Fue una semana de terror para la fábricas y los trabajadores industriales, en la que se acumularon los datos negativos de marzo, la falta de perspectivas de un repunte basado en las políticas del gobierno nacional y las alertas de despidos masivos, que están proyectados para un plazo inminente.

Los despidos, en menor medida, y las suspensiones son una realidad, particularmente desde febrero, pero las empresas advierten que las peores consecuencias se empezarán a ver a partir del mes que viene.

La crudeza del aviso se escuchó el jueves en una conferencia de Industriales Pymes Argentinos (IPA). El presidente de la entidad, Daniel Rosato, expresó que, si febrero y marzo fueron los meses de las suspensiones, abril se caracteriza por el cierre de empresas o por la escalada de la crisis para las que siguen produciendo, pero a un 30% de su capacidad instalada.

“El mercado interno y externo viene cayendo todos los meses”, señaló Rosato y precisó: “A partir de mayo comenzarán los despidos. El sector textil es el que va a sufrir más. En el país hay 5000 pymes y no menos del 20% van a cerrar, con lo cual podríamos tener 30 mil trabajadores textiles desempleados en los próximos meses”.

Como la relación con el gobierno es prácticamente nula, este sector de la industria planea llevar su diagnóstico de la situación al Congreso y advierte que el país se encamina a una gran crisis social en seis meses.

Proyección

Sólo en el ámbito pyme se habla de un horizonte de 150 mil despidos: “En el país hay unas 580 mil pymes de las cuales 50 mil son industriales. De esas 50 mil industriales entre el 10% y el 15% está en crisis, unas 7500 empresas que nuclean a 150 mil trabajadores. Es una proyección que hacemos en función de lo que pasó a partir de 2015, considerando que la política actual es todavía más agresiva. Así que podemos decir que este va a ser el número”, dijo Rosato a Tiempo.

Un día antes de IPA, la Unión Industrial Argentina (UIA) publicó su informe de coyuntura con datos de febrero, pero el recalentamiento de la crisis obligó a la entidad a consignar que “en marzo se produjo una baja mensual de magnitud y se estima que se aceleró la contracción interanual” como resultado de la combinación del alza de costos y la retracción de la demanda por atraso salarial.

El análisis llamó la atención porque esa patronal, representativa centralmente de los intereses de las grandes industrias, tiene una llegada muy importante a la Casa Rosada y es una de las que acompaña calurosamente los proyectos de grandes reformas del Poder Ejecutivo.

De hecho, su presidente, Daniel Funes de Rioja, estuvo en el centro de la polémica porque se atribuyó al bufete de abogados que lleva su apellido la redacción de los capítulos laborales del DNU 70.

Foto: Prensa Economia

Mediciones

La consultora Orlando J. Ferreres y Asociados (OJF) midió una caída promedio del 12,8% en el tercer mes del año y del 8,5% en el primer trimestre. En un marco de caída generalizada, OJF destacó el enfriamiento de la producción de bienes durables, una categoría que incluye electrodomésticos, muebles, calzado, textiles, vehículos y libros, entre otros.

Los rubros elementales para el funcionamiento de la industria manufacturera fueron los que terminaron con peores resultados: Minerales No Metálicos se desplomó 39,7% (anclado a su vez por la construcción, que cayó 24% en marzo); Metálicas Básicas (acero y aluminio) produjo un 39,1% menos; y Maquinaria y equipo, 28,2%. El único sector con crecimiento fue el alimenticio, traccionado por la molienda de oleaginosas.

Las perspectivas de repunte, si las hay, son poco probables para OJF. Lo más seguro es que la caída siga, incluso pronunciando la curva negativa.

Para otras mediciones, la actividad fabril fue peor. El Índice de Producción Industrial (IPI) de Fiel midió un retroceso del 13,7% con una acumulación trimestral del -9,4 por ciento.

Fiel alertó especialmente por la caída de la producción automotriz, que consolidó la tendencia que traía desde el primer bimestre y que enfrenta enormes incógnitas a nivel interno y externo. También puso el acento en la metalmecánica, que a fin de mes inició cronogramas de trabajo reducido y que desde abril aplicó paradas de producción en plantas de línea blanca. «