“Familias: nos comunicamos para informarles que debido a que desde Nación no se están entregando los manuales a la escuela necesitamos de su colaboración para conseguirlos”. Así está encabezada la nota que enviaron esta semana docentes de una comunidad educativa porteña a padres y madres, solicitando la compra de dos manuales (uno de Matemáticas y otro de Ciencias) para el ciclo lectivo 2024.
La entrega de libros –tanto manuales como libros de texto- para estudiantes primarios y secundarios de escuelas públicas y privadas de cuota cero era una de las disposiciones que enorgullecía a la gestión anterior del Ministerio de Educación de la Nación, rebajado a secretaría bajo el gobierno de Javier Milei. En el marco de un ajuste que alcanza a todas las áreas, ese derecho tambalea.
Tanto desde Ciudad de Buenos Aires como desde territorio bonaerense confirmaron que la llegada de libros a las escuelas está afectada, aunque no hay certezas sobre si se retomará ni cómo. Mientras tanto, hay escuelas que ya solicitan sostén familiar para acceder a los materiales. Los libros pedidos en la nota que circuló estos días tenían un valor aproximado de 16 mil pesos por ejemplar en caso de compras individuales, y alrededor de 13 mil si se organizaban compras colectivas.
Un gasto más en un contexto inflacionario donde, de acuerdo al informe de una ONG, la Argentina tiene la canasta escolar más cara del mundo.
Menos libros
Desde la cartera educativa del gobierno de Axel Kicillof aseguraron que “Nación distribuyó manuales para educación primaria”, pero “no ha enviado más”. Como la entrega podía variar año a año, no está clara la dimensión del recorte. Y el Ministerio de Capital Humano, del que depende la Secretaría de Educación, “no ha enviado libros de texto”.
Hasta el año pasado, la entrega de libros literarios –además de manuales escolares- estaba garantizada mediante el programa Libros para Aprender. En 2023 la provincia de Buenos Aires recibió por esta vía más de tres millones y medio de ejemplares, solo para nivel primario. A nivel nacional, fueron más de once millones y medio de libros para primarias y más de cuatro millones para secundarias.
En CABA, en tanto, desde Educación señalaron a Tiempo que “siempre los libros de Nación llegan más tarde que los nuestros. En este caso, con el cambio de gobierno, es posible que se demore más aun por los tiempos de las licitaciones/compras”. Y añadieron: “Entendemos que Nación va a entregar, pero la compra la tiene que hacer la nueva gestión”.
Hasta el cierre de esta nota, no hubo información al respecto de parte de la secretaría que conduce Carlos Torrendel.
Según informó en diciembre la gestión del exministro Jaime Perczyk, durante una reunión con Torrendel ante la transición gubernamental se habló sobre el programa Libros para Aprender, “por el cual se distribuyeron más de 48 millones de libros para los niveles inicial, primario y secundario. Perczyk puso a disposición los títulos que fueron seleccionados por las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires para la continuidad de ese programa”. En ese encuentro, según trascendió, Torrendel destacó esta iniciativa.
La motosierra sobre el presupuesto
Un reciente informe del Centro de Economía Política (CEPA) elaborado con los datos disponibles hasta febrero mostró una “fuerte caída de la ejecución real respecto a los dos primeros meses del año 2023, del orden del 29%, lo cual implica un significativo ajuste del gasto público en áreas sensibles de la administración”.
Uno de los ministerios sobre el que más se sintió esto fue el de Capital Humano, que incluye a Educación. “En materia educativa se observa 0% de ejecución base caja en partidas sensibles como el Fondo Nacional de Incentivo Docente, el Programa Conectar Igualdad y el programa de Infraestructura y Equipamiento de la Secretaría de Educación (ex Ministerio de Educación)”, alerta el documento.
Libros para Aprender se creó como programa ministerial en 2021 y dos años después se sancionó con fuerza de ley. La normativa aprobada en el Congreso establece que se financie “con las partidas que a tal fin se asignen al Ministerio de Educación en la Ley de Presupuesto General de la Administración Nacional”. Si es que la fuerte reducción de la ejecución presupuestaria de esa administración lo permite.