El flamante precandidato a vicepresidente Agustín Rossi dijo que en medio de los discursos fascistas de algunos precandidatos «hay que garantizar las libertades individuales en la Argentina». También adelantó que aportará un proyecto para una nueva Ley de Medios a la plataforma electoral de Unión por la Patria y respaldó las declaraciones de Sergio Massa sobre «pagarle al FMI» para que «no vuelva más» a la Argentina.
En esta entrevista con Tiempo, en una mañana soleada en Casa Rosada y tras una semana de rosca agitada que terminó en la conformación de la fórmula Massa-Rossi en el oficialismo, el jefe de Gabinete habló sobre el rol de Cristina Fernández en la campaña y en un eventual futuro gobierno, se refirió a la situación de Milagro Sala, abordó el debate sobre la suma fija para los trabajadores y la política respecto de los recursos estratégicos.
–¿Propondrá una nueva Ley de Medios para la plataforma electoral de UP?
–La fórmula entre el presidente y el vice no es paritaria, pero acercaré cada una de las iniciativas con las cuales venía trabajando y, entre ellas, una Ley de Medios. Tenemos una que fue trabajada y consensuada durante muchísimo tiempo. Recuerdo cuando se inició el debate y el jefe de gabinete era Massa (NdR: Rossi era jefe del bloque oficialista en diputados). Se sancionó en el 2009. Tiene 14 años de vigencia, pero en el medio apareció (Mauricio) Macri con el tramontina. Dejó vigente algunos artículos y otros los suprimió. Además, aparecieron nuevas formas de comunicación que están por fuera de la ley. Lo que estamos haciendo es un trabajo de modernización del tema comunicacional. Me he reunido con la Coalición para una Radio Difusión democrática hace 15 días para seguir trabajando.
–En este contexto de inflación, ¿considera necesaria una suma fija como piden algunos sectores sindicales?
–Voy a contestar eso y después a contextualizar, diría Cristina. Desde que asumí como jefe de Gabinete, con todos los temas que tienen que ver con cuestiones económicas, traté de ser muy prudente a la hora de comunicar. Me parece que es un área muy sensible. Es una materia de evaluación del Ministerio de Economía y el ministro es el que ordena, que además ahora es candidato a presidente. El otro día, cuando terminó la reunión de gabinete, Sergio me dijo que comunicara que estamos evaluando ver de qué manera generamos un mecanismo para aliviar el pago del impuesto a las ganancias de los trabajadores. Hoy en la Argentina el mercado laboral tiene seis de cada diez trabajadores registrados en relación de dependencia. Los otros son monotributistas e informales. Estos seis de cada diez trabajadores registrados tienen una cantidad de derechos legitimados por años de lucha: convenciones colectivas, paritarias, aguinaldo, vacaciones pagas, licencia por enfermedad. El resto no tiene esos derechos, sobre todo los monotributistas, que tienen varios patrones, pero no están en relación de dependencia. Entonces: ¿qué nos pasa con un fenómeno de un período de alta inflación? El trabajador registrado le gana por poco o pierde por poco. El mayor problema está en los trabajadores no registrados y los monotiburistas, que no tienen la herramienta de la paritaria. En materia previsional sí lo hemos hecho, cada uno de los aumentos que ha dado el índice de movilidad jubilatoria ha venido acompañado por bonos para que los que cobran la jubilación mínima le puedan ganar a la inflación.
–Massa aseguró esta semana que iba a pagarle al Fondo, al igual que Néstor Kirchner, para que deje de monitorear la política económica. Sin embargo, en 2006 fueron 9000 millones de dólares y ahora son 45.000 millones. ¿Cómo se puede lograr?
–Sergio lo planteó claramente. Tenemos un programa para aumentar el volumen de exportaciones y eso nos va a permitir acumular divisas. Y en la medida que tengamos una acumulación importante, uno de los objetivos es saldar el 100% de la deuda con el Fondo porque el organismo termina influyendo en las decisiones económicas. Creemos que es un tiempo en el que las decisiones económicas tienen que tomarse con mucha autonomía. Hay un ejemplo que vale recordar. Cuando Macri tomó la deuda con el FMI, ya estábamos en condiciones de hacer lo que hoy es el gasoducto Néstor Kirchner. El Fondo presionó para que no se haga porque aumentaba el déficit fiscal y no se hizo. Lo mismo hicieron con Sergio este primer semestre. Le dijeron que no era conveniente desde el punto de vista del superávit fiscal. Sergio igual tomó la decisión de avanzar y nos va a significar un ahorro en este segundo semestre de 2000 millones de dólares y el año que viene de 4000 millones. Imaginamos una política económica en la que la acumulación de reservas sea la base de la pirámide porque se puede hacer una política económica con dominio de la totalidad de las variables. Si aumentamos nuestro nivel de exportaciones, vamos a aumentar las reservas y eso va a bajar la inflación. Si baja la inflación, aumenta el poder adquisitivo del salario, se fortalece el consumo y el mercado interno.
–¿Cree que el Fondo acordaría con esa estrategia?
–El problema de la economía argentina es carencia de reservas por los 20.000 millones de dólares que nos faltan por la sequía. El año que viene no vamos a tener sequía. Vamos a tener infraestructura como la del gasoducto Néstor Kirchner funcionando. Son 4000 millones de dólares que nos ahorramos. No vamos a tener los efectos de la guerra que nos significó 5000 millones de dólares más de importación de energía. Con el gasoducto que termina en San Jerónimo, provincia de Santa Fe, con el gasoducto del norte, que es por el cual ingresa gas de Bolivia, que ahora hay que revertirlo para inyectar a Vaca Muerta, se termina dando toda la vuelta y alcanzando los centros de consumo más importantes de Brasil. Con el proyecto que mandamos al Congreso del GNL, vamos a poder generar incentivos para la inversión en el gas de plantas de licuefacción y junto con eso poder exportar el gas de Vaca Muerta a distintos lugares del mundo. A eso se suma lo que estamos haciendo de exploración en petróleo, la base en Mar del Plata, más otros yacimientos petrolíferos que tiene la Argentina. En 2027 tenemos que estar entre 10.000 y 15.000 millones de dólares de balanza comercial favorable sólo por la cuestión hidrocarburífera. Hay una cantidad de condiciones estructurales que nos van a permitir crecer con distribución del ingreso.
–En caso de ganar las elecciones, ¿cuáles serían los primeros ejes del gobierno?
-Tenemos que recomponer los ingresos de los argentinos, devolverles el poder adquisitivo. Los trabajadores perdieron un 20% de su poder adquisitivo durante los cuatro años de gestión de Macri y nosotros no pudimos recuperarlo, producto de una cantidad de circunstancias, entre ellas la pandemia, la guerra, la sequía. El primer objetivo es que los argentinos tengan mayor poder adquisitivo, garantizar un sendero de crecimiento económico con desarrollo, con equidad y con distribución del ingreso. Y una meta que no es menos importante, a 40 años de la democracia, es garantizar la plena vigencia de los Derechos Humanos y de las libertades individuales. Eso también está en riesgo en esta elección. Lo vimos en Jujuy, los discursos fascistas de algunos de los candidatos de la derecha son sin ninguna duda una preocupación permanente de parte nuestra. Hay que estar muy atentos a lo que pasa con estos grupúsculos que son violentos y fascistas, como Revolución Federal, que tienen una ideología y un accionar que no tiene nada que ver con la democracia.
–Respecto al litio, como país y Estado, ¿qué propuestas tiene Unión por la Patria?
–Hay que ver de qué manera generamos las condiciones para industrializar el litio o parte del litio que se exporta y que tenga valor agregado. Es el desafío que tenemos históricamente sobre los recursos naturales. ¿Eso qué significa? Generar más puestos de trabajo y al mismo tiempo un mayor valor de tu producción a la hora de exportar porque dejará más ganancia. Es decir: exportar una batería de litio y no sólo la materia prima.
–En la región donde hay litio, la semana anterior se desató un conflicto, en Jujuy, que terminó en represión. En un eventual gobierno de UP, ¿cómo cree que se tiene que manejar la protesta social y, en particular, cuando está vinculada a estos intereses tan importantes?
–Nosotros condenamos desde siempre la criminalización de la protesta social. Siempre lo que vamos a buscar es, ante cada una de las propuestas, gestionar en base a una mesa de diálogo, buscar de qué manera se contempla la mirada del otro y a partir de eso buscar los consensos para avanzar. ¿Qué sucedió en Jujuy? Se superpusieron reclamos, de los docentes por su salario y otro de las comunidades originarias que sentían que sus derechos sobre las tierras que reclaman se encontraban cercenados por la constitución que iba a aprobar Morales. Los dos artículos más cuestionados se corrieron. Se modificaron parcialmente, pero claramente ahí hay una duda legítima de los pueblos originarios sobre las intenciones del gobernador. En el medio de todo eso, Morales desató una represión que nosotros condenamos abiertamente. Y después intentó politizarla porque no podía justificarla. Lo que sucedió en Jujuy fue una verdadera pueblada. A la semana siguiente de la represión, el gobernador empezó a negociar con los docentes. Entonces, ¿por qué no lo hizo antes de reprimir? Porque en general Juntos por el Cambio cree que puede generar disciplinamiento con la represión. Creo que miraron a Jujuy como experiencia piloto y eso lo debe tener claro el conjunto de la sociedad. La derecha en la Argentina va a actuar de la misma manera que actuó Morales ante cualquier reclamo social. Va a utilizar la violencia institucional de manera permanente. Esto también está en juego en este debate que tenemos, en este debate político-electoral.
–Esta semana allanaron la casa de Milagro Sala. ¿Qué cree que habría que hacer con la detención arbitraria de Milagro?
–Generar todas las condiciones para poder resolverlo. Fui el primer ministro del gobierno de Alberto en ir a visitarla. Estuve en Jujuy entregando un reconocimiento a los familiares de los siete submarinistas jujeños que están desaparecidos por el hundimiento del ARA San Juan. Hice el acto a la mañana y a la tarde fui a visitarla. Morales la utilizó para generar un estado de terror hacia el interior de la provincia. Milagro era diputada provincial y había sido electa parlamentaria del Mercosur. Renunció como diputada provincial –nadie se lo exigía– y asumió como parlamentaria sin fueros. Milagro estaba haciendo un acampe frente a la municipalidad y el gobierno jujeño la terminó llevando presa, acusándola de un delito que no existía porque el acampe era solamente una contravención. Al mismo tiempo, se amplió la Corte Suprema con legisladores que votaron y terminaron siendo miembros de esa Corte. Entonces armó un poder judicial adicto. Cada vez que los abogados de Milagro resolvían alguna de las causas, le agregaban otra denuncia más y otra causa. Es un hecho absolutamente criminal lo que ha hecho Morales durante estos cuatro años contra Milagro Sala.
–¿Qué lugar cree que tendrá Cristina Fernández en la campaña y en una eventual futura gestión?
–El que ella decida. Tiene un rol de liderazgo hacia el interior de nuestro espacio político que es incuestionable. Y ese rol lo seguirá ejerciendo. ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿En qué momento lo va a ejercer? Es ella la que decide. «