El cambio climático ha vuelto más frecuentes las olas de calor y los episodios de lluvia y acumulación de agua, y con ellos la proliferación de mosquitos. En especial las hembras de la especie Aedes aegypti, responsables de transmitir el virus del dengue y otras infecciones como Zica y Chikungunya.
Existen herramientas de control biológico del mosquito, como la cría de peces de una especie nativa conocida como “madrecitas de agua”, que habita en ríos, arroyos y cursos de agua dulce y se alimenta de las larvas del Aedes egipti.
La primera medida para combatir al mosquito del dengue es el descacharreo. Pero hay estanques que no se pueden vaciar y es allí donde la cría de peces es la estrategia más adecuada para eliminar las larvas.
Esta alternativa es más efectiva y sustentable que las fumigaciones, ya que apunta a eliminar las larvas antes que se conviertan en mosquitos, y no tiene efectos tóxicos en el ambiente o la salud de las personas.
Qué son las madrecitas de agua
En la búsqueda de una estrategia de control biológico de vectores, en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) comenzó en 2022 un programa de cría y reproducción de “madrecitas de agua” para entregarlas, junto con asesoramiento y capacitación gratuita, a personas e instituciones, previo cumplimiento de algunos requisitos.
El proyecto se encuentra enmarcado en la Cátedra de Acuicultura, y participan docentes, investigadores, estudiantes y pasantes de distintas carreras de esa Facultad.
La estrategia se basa en ‘sembrar’ peces nativos en estanques de agua. Las “madrecitas” son ideales porque “se adaptan a vivir en espacios reducidos y llevan poco esfuerzo de mantenimiento, ya que, al consumir las larvas, no requieren alimentación suplementaria. Un pez adulto puede consumir hasta 100 larvas por día”, explicó Alejandro López, docente de la cátedra de Acuicultura de la FAUBA, al portal de divulgación científica Sobre la Tierra.
Control biológico
Una de las ventajas de realizar un control biológico de los vectores es la reducción del uso de insecticidas y repelentes. Además, “atacar a las larvas es más efectivo que perseguir a los mosquitos en su fase adulta. Y si bien existen compuestos químicos para controlar a las larvas, son caros y requieren una aplicación constante. Por otro lado, al utilizar peces nativos no ponemos en peligro a las otras especies del ecosistema”, comentó el docente e investigador.
La entrega del material y la asesoría es totalmente gratuita. Puede ser un club, una escuela o una institución privada. “Una vez que recibimos los pedidos, desde la FAUBA visitamos el lugar, estimamos cuántos peces se van a necesitar según el volumen del cuerpo de agua y capacitamos a quienes se van a encargar de la tarea”, señaló López, y agregó que los pedidos se pueden hacer al mail [email protected] .
Además, quienes participan del programa deben respetar el protocolo de bienestar animal de la UBA elaborado y controlado por la Comisión Institucional para el Cuidado y Uso de Animales de Laboratorio. Por ejemplo, si al estanque le da mucho el sol, se recomienda poner plantas o medias sombras.
Una vez hecha la entrega de los peces y tras la capacitación, se realiza un monitoreo de larvas, y se emiten alertas cuando su presencia indica un riesgo de brote de dengue.
El programa comenzó a funcionar en escuelas de la ciudad y la provincia de Buenos Aires y también se han recibido pedidos de productores de hortalizas que utilizan piletones de riego en sus huertas.

Durante 2022 y 2023 el proyecto recibió apoyo financiero del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología a través del programa PROCODAS: Proyectos de Tecnologías para la inclusión Social; y en 2024 fue declarado de interés sanitario por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
La idea es poder seguir recibiendo apoyo para escalar la cría de peces, llegar a más instituciones y productores, y capacitar a la comunidad en el manejo de los peces y las estrategias de prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos.