La relación de Fidel con Argentina fue muy intensa y profunda. Tenía familiares aquí y siempre noté gran cercanía con la realidad política, económica y social argentina.
Hubo varias etapas y una de las principales fue su relación con Perón y con José Ber Gelbard. Como se sabe, hicieron acuerdos que significaron una muy trascendente participación de productos argentinos en la economía cubana, desde locomotoras y barcos hasta automóviles. Fue un momento de ruptura del bloqueo. Fidel siempre contaba que las empresas trasnacionales se negaban a participar, y que Perón y Gelbard les dijeron que si no lo hacían podían empezar a preparar el equipaje para dejar el país.
También mostró la solidaridad cubana con el reclamo por Malvinas y mantuvo una relación bastante folklórica con Carlos Menem, quien para quedar bien le mandaba vinos a los que, debo decir, Fidel consideraba de dudosa calidad.
Una vez le comenté esa cercanía muy activa y él me habló de su admiración por la agricultura argentina: «Es tan poderosa que aunque ustedes tomaran el gobierno no la podrían destruir.» Se refería así a las dificultades que la revolución ha tenido con la agricultura… «