Organizaciones sociales y políticas recordarán este lunes a los militantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, al cumplirse 15 años de su asesinato por parte de la policía bonaerense durante una protesta de desocupados frente a la estación de Avellaneda, que dejó decenas de heridos con bala de plomo y más de un centenar de arrestos.
A las 8.30 de este lunes comenzó un corte parcial en la bajada de Pavón del Puente Pueyrredón, en sentido a la provincia, en tanto que a las 11 marcharon desde la estación Avellaneda hasta el Puente Pueyrredón, donde se realizará un acto en el que hablará Alberto Santillán, el padre de Darío, y Vanina Kosteki, la hermana de Maximiliano.
Voceros de la organización dijeron que, más allá del acto en recuerdo de ambos militantes, los mensajes que se escucharán tendrán como eje generar conciencia de que «protestar es un derecho» y que no se puede «criminalizar la protesta».
Las actividades comenzaron el domingo a las 13 con una jornada cultural en las inmediaciones de la estación que hoy lleva el nombre de los jóvenes asesinados, ubicada en avenida Hipólito Yrigoyen al 400, en el partido bonaerense de Avellaneda.
Se instalaron puestos de comidas y productos elaborados por organizaciones sociales, hubo actividades recreativas en el anfiteatro de la estación, y se inauguró una escultura en homenaje a Santillán y Kosteki, además de la exposición de fotografías e intervenciones visuales.
También se realizó un panel de reflexión sobre los desafíos del movimiento de trabajadores y otro de análisis sobre la «avanzada conservadora y resistencias populares en América Latina», y se presentó el libro «El militante que puso el cuerpo», que es una biografía de Darío Santillán, con la participación de uno de los autores, el escritor y periodista Mariano Pacheco.
Las actividades concluyeron con un cierre musical y la tradicional marcha de antorchas con sikuris y candombe, y dieron paso al inicio de la vigilia, de la que participaron familiares de ambos jóvenes y el Frente Kosteki-Santillán.
La familia de Darío y Maximiliano piden además que la justicia avance en la investigación por las responsabilidades políticas de lo que se conoce como «Masacre de Avellaneda», a cargo del juez Ariel Lijo.