El gobierno había señalado en boca del propio presidente de la Nación que el BCRA encararía una reducción del crawling peg cuando la inflación consolidara un proceso de desaceleración.
El propio Javier Milei había adelantado su intención de llevar la devaluación mensual de la moneda nacional desde el 2% mensual que sostiene desde que asumió el gobierno al 1% en caso de que la misma se situara por debajo del 2,5% en diciembre.
El dato oficial del INDEC marcó un leve cambio de tendencia que se plasmó en un 2,7% y que implicó una suba con relación al 2,4% registrado en noviembre.
Sin embargo, a minutos de conocido el dato oficial, el BCRA emitió un comunicado en el que anunció “un nuevo sendero de desplazamiento de 1% mensual para el tipo de cambio”.
CRAWLING PEG AL 1% (1/2/2025).
— Javier Milei (@JMilei) January 14, 2025
FIN. https://t.co/eO1036nih2
La decisión, explicaron, se tomó “en consideración de la consolidación observada en la trayectoria inflacionaria durante los últimos meses, y en las expectativas de baja de la inflación”. La medida comenzará a regir, adelantaron, a partir del 1° de febrero de 2025.
Para la entidad monetaria, además, “en un contexto de recuperación de la actividad económica y aumento estacional de precios, tanto la inflación de los últimos meses como las observaciones de alta frecuencia confirman una inflación observada a la baja y por debajo de las expectativas relevadas en el mercado”.
Con todo, ratificaron que “el ajuste para el tipo de cambio continúa cumpliendo el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación”.
La decisión de reducir la tasa de devaluación, para el gobierno, resulta un paso previo al levantamiento del cepo cambiario. Sin embargo, al mismo tiempo, implica una ratificación de su política de intervención en el mercado de cambios y un endurecimiento de la misma.
El control del tipo de cambio y su reconocimiento como “un ancla” para contener la inflación desmiente el principio neoclásico y liberal sostenido por el oficialismo de que la inflación es un “fenómeno puramente monetario”.
A la vez, el crawling peg del 2%, con una inflación anual del 117,8% implicó un reforzamiento de la moneda nacional con relación a la divisa norteamericana que resta competitividad a la industria nacional y compromete el equilibrio de la balanza de pagos.
Su reducción al 1% profundizará el atraso cambiario lo que podría comprometer sectores de la industria de miles de puestos de trabajo a la vez que dificultará la capacidad del BCRA de acumular reservas y, a su turno, hacer frente a los crecientes vencimientos de deuda tanto con el FMI como con el sector privado.
Por ese motivo se espera que, la revisión del acuerdo con el FMI que negocian desde el Palacio de Hacienda implique una flexibilización del mercado de cambios que el gobierno bregará para que se produzca luego de las elecciones de medio término pautadas para octubre de este año.