Joaquín Malamud es docente de la agrupación Simón Rodríguez. Mientras contempla la felicidad de sus compañeros, que se abrazan por lo conseguido, dice emocionado: «A la Escuela la cerró el gobierno y la abrió el pueblo».
Celebran, porque ven cuatro aulas llenas de chicos que ahora tienen dónde estudiar, pero también porque escuchan los aplausos de los que saben que el camino que transitaron para que abriera la Escuela Infantil N° 14 del Distrito Escolar N° 5 no fue fácil: ese sueño latente que tenían vecinos, docentes, militantes y padres y madres de la zona sur tardó tres años en concretarse. Tres años que incluyeron una toma de nueve meses, una recuperación de un edificio abandonado que supo ser una escuela, una pelea en la Legislatura para lograr la expropiación y un arduo reclamo para que se retomen las obras paralizadas.
Pero este lunes por la mañana, todo ese esfuerzo se transformó en satisfacción al ver cómo se abrían las puertas de la escuela de jornada completa que tiene dos salas para niños de 3 años y otras dos para chicos de 4. Es muy emocionante todo esto, Genera mucho orgullo, Se nos infla el pecho, cuentan otros compañeros. La escuela dará vacantes a 100 chicos en Parque Patricios, una zona muy afectada por la falta de vacantes, y ahora los mismos que impulsaron la apertura de la escuela pelean para que la comunidad educativa la llame Escuela Carlos Fuentealba, en homenaje al docente asesinado en 2007. Estoy seguro que harán honor a esta pelea y al maestro popular Carlos Fuentealba y le pondrán su nombre», afirma Malamud, que también es docente en la villa 21 24.
La cronología tiene su punto de inflexión el 26 de febrero de 2014, cuando un grupo reducido de vecinos y organizaciones sociales se juntó en asamblea y decidió ingresar al edificio, por entonces abandonado, ubicado en Manuel García 370. Allí, tiempo atrás, habían funcionado diferentes instituciones educativas (la última fue la Escuela 27 del DE N° 5, en 2009, pero también fue una sociedad de fomento) y los impulsores de esta nueva escuela para el Sur de la ciudad confiaban en recuperar ese espacio. Creemos en la consigna ni chicos sin escuelas ni escuelas sin chicos. Si no tomábamos la escuela, no pasaba nada. Si no movíamos contactos en la Legislatura, no pasaba nada. Si no íbamos a ver la obra cada semana, no pasaba nada. Fue un camino lleno de espinas para lograr que abriera la escuela, explica Estefanía Barone, que aclara que la última propietaria viva de esa propiedad dijo que como siempre tuvo una función social, ella pretendía cederlo para que el gobierno le dé esa función.
La Legislatura votó por unanimidad la expropiación del edificio el 3 de abril de 2014, un día antes del aniversario de la muerte del docente neuquino. Culminó la toma del edificio, pero la obra se paralizó durante meses al acercarse las elecciones a presidente. Ahí tuvimos que ir al Ministerio decenas de veces a presionar, a pedir reuniones con Alberto Gowland, que hacía las veces de viceministro de Educación porteño, que por momentos, repetidas veces, nos ninguneó. Solo pedíamos que se abriera una escuela y nos llevó tres años de arduo trabajo, resalta Barone, a lo que Malamud agrega, indignado, que al gobierno porteño le llevo 30 meses refaccionar una escuela. Ni siquiera hacerla, refaccionarla.
La Escuela Carlos Fuentealba es un ejemplo de que podemos organizarnos y conseguir objetivos, sacar victorias, incluso, contra el macrismo en todo su esplendor. Estamos felices, aunque sabemos que esto no resuelve el problema, porque todavía tenemos muchos chicos sin vacante en este distrito escolar y en toda la Ciudad», cuenta, feliz, Barone, a lo que Valeria, una de las tantas madres que pelea por una vacante en la Ciudad de Buenos Aires, agrega que las familias nos encontramos desoladas, no sabemos a dónde ir. Nos empezamos a conocer en la puerta del ministerio. Nos vinculamos y buscamos acciones para conseguirlas. Todo el sistema opera para invisibilidad el reclamo y que surja una escuela así como esta es una buena noticia.
Como tienen muchos motivos para festejar, este sábado harán un festival para celebrar esta inauguración y para seguir peleando por la apertura de más escuelas. Cada uno de los pasos solo fue posible porque la comunidad educativa nunca abandonó el reclamo. Conseguimos 100 vacantes para la zona, pero siguen faltando muchas escuelas y jardines. Vamos a seguir peleando por un plan integral de construcción de jardines y escuelas que resuelva este problema, explica Malamud.