El artista plástico uruguayo Gerardo Goldwasser llega a la Sala PAyS del Parque de la Memoria luego de haber expuesto en la 59° Bienal de Venecia una intervención en la que se conjugan la sastrería y la memoria, dos elementos constitutivos de toda su producción.
Los orígenes de estos temas, sin embargo, son anteriores a su obra y más que artísticos: su abuelo, un sastre judío, sobrevivió a los campos de concentración haciendo uniformes para los nazis.
Después del exilio en Montevideo, su padre y su tío continuaron con el oficio de sastrería. Gerardo creció en el taller en el que se diseñaban los trajes; aprendió a hacer moldes, cortar la tela y confeccionar la ropa. Tiempo después, llevó toda esa experiencia al plano artístico y hoy en día produce las obras en el mismo taller en donde su padre hacía los trajes.
La exposición “Memorial”, que se presenta ahora en el Parque de la Memoria, constituye una adaptación de “Persona”, exhibida a lo largo de este año en Venecia. En ambas exposiciones, el espíritu se mantiene: “Está basada en el arte de la sastrería y destaca el rol uniformizador del oficio, en donde el dibujo es sometido a reglas muy estrictas y los uniformes, lejos de ser simples prendas, transforman a los seres humanos, los desarman y los convierten en parte de un engranaje que puede ser destructivo, como el ejército, o constructivo, como las enfermeras”, dijo en una recorrida junto a Tiempo Laura Malosetti Costa, una de las curadoras de la exposición junto a Pablo Uribe.
Sastrería y memoria
En la Sala PAyS, la pared se cubre por entero con moldes de sastrería negros. Deshumanizados, sin cuerpo y fragmentados, los trajes van conformando una “larga pesadilla que dialoga con el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado”, tal como dice el texto curatorial. Además, en el otro extremo de la sala, una serie de mangas izquierdas, dispuestas con el puño hacia abajo remiten, en alusión crítica, al saludo de las multitudes nazis uniformadas. “Esta obra se llama ‘El saludo’ y son mangas izquierdas para abajo: el antisaludo nazi”, señaló Costa.
Las imágenes que suscita esta obra van en línea con toda la producción de Goldwasser.
Despojadas de color, las figuras que construye están siempre en blanco y negro. En este caso, el material textil fue proporcionado por el Parque de la Memoria; en la Bienal de Venecia los moldes no estaban confeccionados en tela sino en plástico de mar reciclado. Por cuestiones de logística, fue imposible trasladar el material original.
Además de la idea de uniformización de las personas, en “Memorial” ronda otro concepto: se trata de un alegato antibélico. De ahí que el epígrafe del texto curatorial, una frase de Borges, señala: “Yo creo que todas las armas son nefastas. Soy pacifista. No estoy loco. Creo que ninguna guerra tiene justificación. Las victorias no existen sólo hay derrotas. Toda victoria es una derrota desde el momento en que un hombre mata a otro”.
Agrega Costa en la recorrida: “Esta exposición actúa contra toda forma de violencia y más aún teniendo en cuenta el contexto en el que estamos, que sepan los perpetradores que también ellos son y fueron víctimas de una maquinaria destructora. El muro de los trajes dialoga con el monumento del Parque que tiene el nombre de las víctimas. Es un recuerdo del Holocausto en el lugar donde se recuerda la máxima masacre de la que tenemos memoria en Argentina”.
Lejos de cualquier tipo de explicitación, la obra de Goldwasser elude la literalidad. La idea, dijo la curadora, es que la gente tenga “una entrada sensitiva, que sienta la opresión, la angustia, lo sensorial y lo vivencial, y luego pueda comprender de qué se trata”.
Sobre la pared de enfrente al mural, se adosa una escalera que parece ir a ningún lugar. “Es una escalera de escape”, dijo Costa. Lo curioso es que del lado posterior se encuentra la otra exposición que actualmente tiene lugar en el Parque: El futuro detrás. Imaginación política después del estallido del 2001. Ahí, en un mundo escabrosamente reciente, se hilvanan las estrategias de resistencia para los tiempos de crisis.
Con entrada libre y gratuita, “Memorial” y “El futuro detrás…” podrán visitarse hasta marzo de 2024 en el Parque de la Memoria, Av. Costanera Norte Rafael Obligado 6745, CABA.