“La vivienda digna es un derecho, no nos olvidemos de eso. Hoy estoy acá lamentando la muerte de tres compañeras y gritando la palabra ‘lesbiana’ con más fuerza que nunca. Porque asesinaron a Pamela, a Roxana y Andrea. Y Sofía lucha por su vida”, dice Nat Morán, integrante de la Lesbianas Autoconvocadas por Barracas ante un auditorio repleto de mujeres y diversidades sexuales. Ese miércoles 15 de mayo, Andrea Amarante una de las mujeres lesbianas prendidas fuego por Justo Fernando Barrientos hubiera cumplido 43 años.
La emoción, la bronca y también la esperanza marcaron la segunda asamblea organizativa que se realizó en la sede de ATE para la marcha de Ni Una Menos el próximo 3 de junio. El triple lesbicidio en un hotel familiar de Barracas, fue la trágica síntesis de todas las violencias que el gobierno de Javier Milei desató en tiempo récord sobre las mujeres y personas LGBT, quienes venían sosteniendo apenas sus condiciones de vida básicas.
La eliminación del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad; la amenaza de eliminar el hoy desmantelado INADI; la estigmatización de las, los y les empleados estatales; la persecución a las trabajadoras comunitarias; la eliminación del monotributo social; el hostigamiento a las trabajadoras sexuales; la eliminación de la moratoria previsional; el ensañamiento con las personas LGBT; la prohibición de la ESI; el vaciamiento del Plan ENIA, el intento de cierre de los medios públicos; plantear la diversidad sexual como enfermedad; la privatización de las empresas del Estado; la negación de la violencia de género; agravar las condiciones para el acceso a derechos esenciales a la población mayoritaria y más vulnerable forman parte de un gran proyecto capitalista y colonialista sintetizado en la Ley de Bases; que obtuvo media sanción en Diputados y que hoy se debate en la Cámara Alta. Y que sólo sostiene en la exclusión, el exterminio y la muerte.
“No puede ser que sigamos viviendo de esta forma, estamos hartas de que nos digan planeras, vagas, que tenemos hijos solamente para cobrar subsidios del Estado. Nos dijeron delincuentes, chorras, y nosotras no nos escondemos acá estamos”, dice Norma Morales, referente de la UTEP, organización que sostiene cientos de comedores y merenderos a lo largo de todo el país. “Las cuidadoras comunitarias venimos sosteniendo infinidad de tareas en los barrios populares. No hay feriados, no hay frío ni lluvia que nos pare por eso nos duele que nos sigan hostigando, enumera Norma y agrega. “Estamos más firmes que nunca por más miedo que nos metan vamos a seguir aquí, firmes”.
Antes de la llegada de Milei, los transfeminismos ya estaban organizados y en las calles. Lograron, en el primer trimestre del año confluir en una de las movilizaciones más grandes contra el gobierno.
En la calles contra la violencia, siempre
Tal como sucedió el 8 de marzo, en el Día Internacionales de las Mujeres Trabajadoras, la asamblea de Ni Una Menos camina hacia una marcha masiva y en unidad. Con acciones concretas y participación activa en fechas claves, como el 28 de mayo en el Día Global de Acción por la Salud de las Mujeres y en estado de movilización para el día en que se defina el destino de la Ley de Bases.
«No queremos que pase un solo artículo de esa ley y queremos la derogación del DNU. Venden nuestra Argentina y el costo de esta venta ha sido y siempre será la muerte de una de nosotras por día», expresó en la asamblea Leonor Cruz de la CTA Autónoma.
“Este proyecto se trata de un golpe para todos los trabajadores en general, y en especial, a las mujeres y disidencias. No existe dentro de este proyecto algún capítulo que proponga una medida que sirva para reducir la pobreza, que viene aumentando notablemente desde el ascenso del actual gobierno. De 43 políticas de cuidados que había en nuestro país, 21 ya no están en vigencia desde la asunción del gobierno de Javier Milei», sintetiza el Pronunciamiento Federal y Feminista contra la Ley de Bases, firmado por un centenar de organizaciones.
“La violencia está cambiando nuestras condiciones de vida”, planteó Luci Cavallero como puntapié de la asamblea del miércoles. Sucede que el empoderamiento popular de los transfeminismos es, aunque lo niegue, una de las amenazas más grandes para el gobierno de Milei. La creación de un relato odiante y cruel que hoy se materializa en actos aberrantes tiene caer, con las mujeres, con las diversidades y en las calles.