El 28 de septiembre es el Día de la Acción Global por el Aborto Legal y en la Argentina será además el día en que los feminismos renueven su contrato masivo con las calles para ponerle un freno a la ultraderecha y a los antiderechos, que en la mayoría de los casos son los mismos.
Organización, debates, discusiones y una lucidez orgánica salieron a la luz de forma inmediata tras los resultados de las elecciones primarias. Mientras los partidos políticos y algunos sindicatos miraban desconcertados una y otra vez los porcentajes electorales, los feminismos populares comenzaron a escribir un nuevo episodio en su extensa y tenaz historia de lucha.
La cita es el jueves a las 16 en Plaza de Mayo para marchar hacia el Congreso y leer el documento alrededor de las 18. Se llegó a esta acción luego de extensos debates que comenzaron en la primera asamblea el 22 de agosto y fueron tomando forma en los siguientes encuentros.
“Partimos de debatir sobre la situación de nuestro país y a partir de ahí cuál sería la estrategia desde el movimiento feminista. Así surgió la fecha del 28 de septiembre que históricamente es la fecha de Acción Global por el Aborto legal, seguro, gratuito, pero para transformarlo en una movilización que exceda la defensa del aborto o la demanda por la efectiva implementación de la ley. La fecha nos unificó con un horizonte común y cercano”, cuenta a Tiempo Argentino la socióloga Luci Cavallero, integrante de Ni Una Menos.
La organización asamblearia del feminismo no es nueva. Es la que sostuvo todas las acciones desde el primer Ni Una Menos hasta ahora. Sin embargo, este año fue fundamental para ampliar una agenda de reclamos que hoy, ante el avance de la derecha, es la más política y socialmente abarcativa.
“En la primera asamblea compartimos un diagnóstico de por qué llegamos a esta situación de este voto bronca. Hubo compañeras de más del campo nacional y popular que le ponen un eje muy grande al rol del FMI, yo adhiero. Creo que Milei es hijo de las políticas del Fondo Monetario Internacional que está presionando al gobierno. Un FMI que trajo Mauricio Macri y legitimó este gobierno. Pero hay una distinción fundamental que salió de las asambleas y es que la fuerza política de Milei tiene componentes fascistas, como su candidata a vicepresidenta y otros exponentes que están adentro de la fuerza, pero no podemos decir que el voto a Milei es fascista. Sí podemos decir que expresa un montón de otros fenómenos sociales que son mucho más complejos”.
El primer paro del movimiento a Macri
En octubre de 2016, cuando el macrismo ya tenía cientos de despedidos, fue el movimiento feminista el que se organizó y le hizo el primer paro a Mauricio Macri. Es la respuesta más fuerte a la idea de que el feminismo «pianta votos».
“Es muy fácil agarrársela con la agenda feminista. Creo que es un diagnóstico equivocado y que además borra un proceso de una genealogía importante, que es el rol fundamental que tuvo el movimiento feminista como movimiento transversal que generó politización en amplia parte de la población”, dice la activista. «La idea de que la democracia tiene que ser feminista. Hay un montón de compañeras de otros países que están sensibilizadas con esta agenda, que además no es una agenda meramente de ampliación de derechos en una clave identitaria si no que le habla al corazón de la pobreza. Hoy la pobreza en Argentina está feminizada”.
La incorporación más activa de las intersindicales feministas en el debate y su organización también fue clave para este 28S. “El feminismo popular de nuestro país, a diferencia de los feminismos de otros lugares, está dentro de las organizaciones sociales y sindicales, feministas. Venimos construyendo hace varios años estas luchas y hoy están llamando en unidad a movilizarse con una agenda más focalizada en los derechos de las trabajadoras. Y en la importancia de que no gobierne la ultraderecha para seguir consiguiendo y conservando los derechos de las trabajadoras”, finaliza Luci Cavallero. «