Es un recorrido de 15 temas que marcó el comienzo de un ciclo solista, que continuó con otros tres discos de estudio, pero que sobre todo representó la muestra más clara del talento y curiosidad sonora del músico que comandó Soda Stereo. Se iniciaba su verdadera carrera solista (Amor amarillo, 1993, funcionó como unas mini vacaciones) con un geste de audacia propio de su talento. Todo en ese disco que en la tapa tenía a Gustavo Cerati largando humo a contraluz, era un convite de melodías y texturas que aún lo mantienen en plena vigencia, a 25 años exactos de su edición, por estar adelantado a su tiempo.
Bocanada salió el 28 de junio de 1999 y fue resultado de un experimento que nació en su casa de Vicente López, en un estudio armado con el objeto de experimentar casi como si estuviese en un laboratorio, luego de dejar su exitosa banda de años. Cerati estaba cada vez interesado en usar la tecnología como disparadora de su creatividad por lo que había acopiado un banco de samplers y bocetos que terminaron marcando ese camino musical que nunca abandonaría del todo.
Dos de los temas «Bocanada» fueron éxitos inmediatos: la cadenciosa “Puente” y su gracias por venir (hipervínculo directo con gracias totales pronunciado en River dos años antes, el primer guiño a los nostálgicos de la banda que recién se dejaba atrás) y la elegancia zigzagueante de “Paseo inmoral” gustaron apenas vieron la luz. La discográfica eligió como primer corte de difusión fue “Raíz”, pero también había grandes canciones como “Tabú”, “Engaña”, la hipnótica balada que le da nombre al disco o la bailable canción titulada “Río Babel”. Estaba también “Verbo carne”, una pieza maestra en modo balada que contó con los arreglos sinfónicos grabados en nada más y nada menos que en Abbey Road por la London Session Orchestra.
Después de presenciar la sesión, en la que el violinista Gavin Wright dirigió a 48 músicos, Cerati se fue “corriendo con las cintas” a otro estudio de Londres. Ahí le puso voz en un estado de éxtasis total, contaría en varias entrevistas. Fue para él el pináculo de aquel disco que marcó una generación.
La palabra de Cerati
Luego del lanzamiento, en una entrevista de Alfredo Rosso para Rolling Stone, Cerati dijo que para él hacer Bocanada fue como filmar una película. «No porque haya un argumento, el disco no habla de una sola cosa, es más bien ecléctico, sino porque manejamos los moods, los climas de una manera fílmica”, comentaba el ex Soda. A Cerati no le interesaba hacer un disco conceptual, sino probar formas diversas, conectar sonidos actuales con viejas influencias. Simplemente se puso a hacer la mejor música que podía, con total libertad.
Casi con 40 años (cumpliría en agosto de ese año) armo su banda y se lanzó. Flavio Etcheto fue el primero en ser convocado, para luego sumar al bajista Fernando Nalé y al baterista Martín Carrizo. También llego Leo García, que aporto lo suyo, así como lo hizo el periodista Pablo Schanton que lo ayudó con algunas letras. “Participar del disco ‘Bocanada’ pienso yo que tuvo que ver más que nada con conocer más profundamente a Gustavo, porque era cuando empezaba realmente su carrera como solista después de la separación de Soda Stereo. Fue ver a Gustavo como comenzando, volviendo a empezar su carrera”, dice Leo García.
“Lo que pedía Gustavo era amistad, en ese momento. Y era lo que le aportamos. Creo que el primer músico que empezó estando al lado de él fue Flavio, después yo, de hecho hicimos un show en Recoleta juntos. Hicimos temas de Amor amarillo y de Colores santos. Ya ahí había una tentativa de banda. Antes de entrar al estudio para que Gustavo nos muestre los proyectos que estaba haciendo, que por un lado lo hacía por separado, se juntaba con Flavio y después se juntaba conmigo, ya veníamos viendo muy seguido, escuchábamos música nueva. Había una corriente musical que nos gustaba muchísimo, eso también inspiró mucho”.
Para Leo García «Bocanada» sin lugar a dudas es vanguardia pura. La vanguardia siempre se entiende 20 años después, y en este caso ya pasaron los 25 años, “así que lo escuchas y es un disco completamente actual y siempre va a ser así. Es un disco atemporal, es una mega obra y creo que es excelentemente correcta. Convive con el aquí y ahora”.
Quien también colaboró fue Francisco Bochatón: “Él había producido algunas canciones de un disco solista que estaba haciendo y me pasó temas para que le ponga música. Fue un honor. Yo en ese momento no me di cuenta, pero fue algo hecho con libertad pura. ‘Paseo inmoral’ lo hicimos juntos y algo de ‘Tabú’ también laburamos. Nos mostraba experimentos electrónicos con guitarras que estaban geniales. Hizo temazos. Era increíble verlo trabajar, por lo creativo y lo ameno”, recuerda el líder de Peligrosos Gorriones que considera que aquel disco era “más de una banda que de un solista pero Gustavo tenía un estilo muy propio. Es un trabajo de alto nivel, le pelea a cualquier disco histórico de afuera, y logro hacer música que nos representa a muchos. Es un disco con muchas influencias de todos lados y es un disco atemporal, es una señal que se puede hacer arte y sobrevivir a los consumos de moda”. Además afirma que “estas canciones eran la muestra de su talento y lo que le pasaba en su cabeza. Tengo la certeza que inspiro a muchos. Es un flash, es una marca que quedara para siempre porque muestra que si se cree se puede: su estilo era positivo, su manera de tocar y componer era real pero genial. Es algo que extrañamos pero que siempre está con nosotros porque está en sus canciones”.