La querella en la causa por la muerte de Alberto Nisman y la fiscalía ante la Cámara de Casación volvieron a oponerse a la declaración de un testigo propuesto por la defensa de Diego Lagomarsino que aseveró en un peritaje que las manos del difunto fiscal contenían restos compatibles con el disparo de un arma de fuego. Se trata del ingeniero José Luis Manzano, quien intervino en el peritaje realizado en el Departamento Técnico Científico del Cuerpo de Investigaciones Fiscal del Ministerio Público de Salta sobre las manos del cadáver de Nisman. El peritaje en el que intervino Manzano en Salta, poco después de la muerte del fiscal, indicó que había rastros de manipulación, bien de un arma de fuego, bien de pirotecnia.
El abogado Pablo Lanusse, quien representa a la madre de Nisman, Sara Garfunkel, y el fiscal ante la Cámara de Casación Raúl Pleé pidieron que se rechace un recurso extraordinario de la defensa de Lagomarsino para que la Corte revise la negativa a la declaración del testigo. Lagomarsino, a través de sus abogados, Maximiliano Rusconi, Gabriel Palmeiro y Martín Chasco, pidió la declaración de Manzano para confrontar sus conclusiones con las del informe de Gendarmería Nacional, que concluyó que Nisman fue asesinado. Pero en todas las instancias la declaración de Manzano fue rechazada.
Cuando Lagomarsino intentó llegar a la Corte, el fiscal Pleé opinó que “la doctrina de la arbitrariedad tiene carácter de excepcional e impone un criterio particularmente restrictivo para analizar su procedencia. Lo contrario importaría abrir una nueva instancia ordinaria en los casos en que las partes consideren equivocadas o desacertadas las decisiones de los jueces de la causa, lo que resulta ajeno a la naturaleza del recurso”. La negativa a la declaración de Manzano –añadió- es “una derivación razonada del derecho vigente de acuerdo a las circunstancias de la causa”.
Por su parte, el abogado Lanusse estimó que “la esmerada defensa no logra demostrar, ni lo ha podido hacer en las instancias anteriores, que se encuentre frente a una sentencia definitiva ni equiparable a tal”. “No alcanzando la defensa a demostrar una cuestión federal real y concreta, ni el supuesto agravio de tardía o imposible reparación ulterior que le genera la decisión”, insistió.
En caso de ratificarse la negativa por parte de la Cámara de Casación (alternativa que parece la más probable en este escenario del expediente), a Lagomarsino sólo le quedaría la posibilidad de recurrir en “queja” ante la Corte.