La exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal arrancó este sábado su campaña en la Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo con justificaciones sobre su cambio de domicilio de Provincia a Capital, pero no se mostró sola, sino rodeada de los dirigentes de todos los socios de la alianza opositora, e incluso de sus adversarios internos del PRO, como la exministra Patricia Bullrich. La escena, construida por el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fue posterior a la confirmación del candidato que tenían escondido. El economista ultraliberal Martín Tetaz acompañará a Vidal en el segundo puesto, en representación de la UCR porteña que lidera el senador nacional Martín Lousteau.
«No compito en la Provincia de Buenos Aires porque quiero que otros crezcan. A los bonaerenses les digo que mi compromiso y mi respeto no cambió ni va a cambiar nunca por nada. Cuando esta elección termine, van a tener muchos más dirigentes defendiéndolos, además de mí», se justificó Vidal para comenzar a desandar el camino que hizo en Provincia de Buenos Aires, truncado en las elecciones de 2019.
Su plan por la reelección quedó malherido por dos factores: la evaluación negativa sobre su gestión, especialmente en el conurbano, y la suerte del entonces presidente Mauricio Macri, cuyos planes para un segundo mandato se derrumbaron por las consecuencias económicas de su administración. Vidal no pudo con eso y ambos no pudieron con la reunificación del peronismo que les ganó en las urnas.
Aunque lo intentó, la entonces gobernadora no logró diferenciarse y su producto electoral se hizo trizas en el segundo intento. La derrota selló su distanciamiento con Macri, uno de los principales críticos de su nueva candidatura. El regreso de Vidal a la Capital es parte de ese nuevo sendero: la exgobernadora construye su candidatura presidencial y admite a sus íntimos que un nuevo revés podría dañar su proyecto estratégico.
De ahí la salida incómoda del territorio bonaerense y un acelerado retorno porteño que no se escuchará mucho en su discurso, ya que la flamante candidata no hablará de temas capitalinos. Se enfocará en temas nacionales que le permitan polarizar con el oficialismo. El foco estará puesto en federalizar la elección y sumar seguidores por derecha.
Rodríguez Larreta forzó el paso al costado de Bullrich con su candidatura, pero abrió dos ofertas desde JxC para contener al voto duro que la exministra considera como capital propio. Por un lado, cerró un pacto con el exministro de la Alianza, Ricardo López Murphy para que su partido, Republicanos Unidos, compita en las PASO porteñas de Juntos por el Cambio; y por el otro, habilitó que el radicalismo ponga a Tetaz, uno de los más fervientes defensores de la política económica de Macri. Tanto, que hasta López Murphy se muestra más crítico por derecha y ahora buscará seducir al electorado radical conservador con el actor Luis Brandoni, otro exégeta del gobierno de Cambiemos.
El objetivo será sumar votos por derecha para evitar la fuga que experimentó la alianza en 2019, con competidores como los economistas ultraliberales José Luis Espert y Javier Milei. El primero está a un paso de quedar afuera del armado en Provincia de Buenos Aires y Milei competirá por fuera de JxC, pero todavía no tiene sello. Rodríguez Larreta está convencido de que podrá contener ese caudal con López Murphy y Tetaz.
La puesta en escena de este sábado buscó exhibir unidad interna en el partido amarillo y en la coalición. «Sentí pena y sorpresa porque dijeron que detrás de mi decisión se escondía el miedo», dijo la exgobernadora para cuestionar a quienes sostenían que cambió de domicilio para no perder nuevamente. «No es así. La pasión y el compromiso fue lo que puse en la Provincia a cualquier costo», remarcó, rodeada por Rodríguez Larreta, Bullrich, el senador nacional y líder del espacio Evolución de la UCR, Martín Lousteau, el titular de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, su par de Confianza Pública, Graciela Ocaña y el socialista Roy Cortina, entre otros dirigentes convocados.
Vidal le agradeció a Macri, que sigue de viaje en Europa. El expresidente está enfrascado en meter a los suyos en la lista, como su secretario privado, Darío Nieto, y el extitular del Sistema Nacional de Medios Públicos, Hernán Lombardi.
Antes del acto se reunieron con un grupo de jóvenes. Lo mismo hará López Murphy esta semana cuando lance su lista de precandidatos. El marco elegido refleja que buscarán seducir al voto joven. En Cambiemos están entusiasmados por la aparente pérdida de votantes jóvenes del Frente de Todos. Hablan de un «desencanto» que buscarán captar y por eso apelarán a «recuperar el futuro», una línea discursiva que está en pleno diseño.
Las listas no han sido cerradas y son parte de una negociación. Resta saber cuánto espacio le dará Rodríguez Larreta a los demás socios, en un esquema donde calcula meter entre siete y ocho diputados nacionales, con una aritmética de tres para el PRO, dos para la CC y otros dos para la UCR. Los demás entrarían luego de esa prioridad y eso genera incógnitas en los socios menores, como Ocaña, que termina el mandato este año.