El oficialismo se prepara para aprobar este lunes en la Legislatura bonaerense el proyecto de presupuesto y de ley impositiva enviado por María Eugenia Vidal con los que encarará el tramo final de su mandato y el año electoral. Después de intensas negociaciones con el massismo y el peronismo «dialoguista», que incluyeron marcha atrás en varios artículos y reparto de cargos, Cambiemos aseguraba ayer tener los votos para aprobar las dos leyes.
Las negociaciones se extendieron a lo largo de toda la semana con la oposición pero también hacia el interior de la propia alianza oficialista. El jefe de Gabinete, Federico Salvai, y los ministros de Economía, Hernán Lacunza, y de Gobierno, Joaquín De la Torre, fueron los encargados de recibir los pedidos y buscar los acuerdos en torno a los puntos polémicos: endeudamiento, traspaso de costos a municipios, reclamo de obras y legalización del juego online.
El presupuesto prevé gastos por 929 mil millones de pesos y un pedido de endeudamiento de 87 mil millones, mientras que la ley fiscal prevé una suba del 38% en el Impuesto Inmobiliario. Ambos proyectos serán tratados primero en el Senado, donde Cambiemos tiene 29 manos y necesita sólo dos para llegar a los dos tercios que requiere el endeudamiento. El panorama más complicado se da en Diputados donde, además de los votos del Frente Renovador y del flamante bloque Frente Amplio Justicialista que lidera el exkirchnerista José Ottavis, necesita de los legisladores que responden a los intendentes del PJ para aprobar los expedientes, ya que Unidad Ciudadana vota en contra.
Fuentes legislativas del oficialismo aseguraban ayer tener cerrados los acuerdos con los tres sectores y también dos monobloques para tratar y aprobar el presupuesto que originalmente iba a tratarse anteayer, en pleno arranque del G20, pero que fue postergado por razones políticas y logísticas. En el peronismo, en tanto, todavía lo veían «verde» por las definiciones en torno a las obras.
Para zanjar los acuerdos, el oficialismo accedió a varios cambios en ambos proyectos. En principio, se resolvió separar el endeudamiento del presupuesto y votarlo como un proyecto aparte. Esta estrategia le da la posibilidad a la oposición de votar en contra el proyecto del presupuesto pero a favor del endeudamiento y la ley impositiva. También se aclaró el número de los fondos que el Ejecutivo tomará de la Anses: 10 mil millones de pesos sobre los 87 mil millones totales de deuda.
Vidal también dio marcha atrás con los puntos que habían irritado a los intendentes propios y ajenos. En principio, la Provincia decidió absorber los 13 mil millones de pesos del traspaso de los subsidios al transporte, la tarifa social eléctrica y los gastos operativos de la Ceamse que buscaba que pagaran las comunas. Además decidió dejar sin efecto el tope del 38% a las tasas municipales y la asignación del 100% del Fondo Educativo que envía la Nación para obras escolares.
Los intendentes del PJ liderados por Martín Insaurralde, que manejan un bloque de siete diputados y uno de cuatro senadores cuyos votos fueron clave en años anteriores, pidieron la constitución de un fondo de 15 mil millones para obras pero el gobierno se negó. Propuso, en cambio, obras puntuales para cada distrito. Esa negociación estaba cerrándose el fin de semana.
Un punto al que se resistió el gobierno fue tratar de manera separada, como pedía Unidad Ciudadana y también en el propio bloque de Cambiemos, la legalización del juego online. Salvai, quien contuvo a la tropa propia, sólo accedió a introducir algunos cambios en la letra que fueron encargados a la Coalición Cívica. El kirchnerismo ya anticipó que si se aprueba pedirá la «inconstitucionalidad» por considerar que se trata de un cambio a la ley de juego vigente.
Para cerrar los acuerdos, Vidal puso sobre la mesa una serie de cargos en el Tribunal de Cuentas y en el directorio del Banco Provincia. En ambos casos, tanto el massismo como los intendentes se quedarían cada uno con una de las vocalías vacantes en ese organismo y con dos sillones en el banco. «