Rodeada por los principales candidatos de Cambiemos para la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal cerró la campaña proselitista del oficialismo para las primarias del próximo domingo. Mientras el presidente Mauricio Macri hacía lo propio en la ciudad de Córdoba, para apuntalar a sus escuderos, como el ex árbitro Héctor «La Coneja» Baldassi, la mandataria provincial dirigió su discurso final antes de la veda, al electorado propio y a la masa de indecisos que, para este domingo, podría superar los 14 puntos. Se trata de la misma masa de voluntades que han tratado de seducir la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, primera candidata a senadora bonaerense por Unidad Ciudadana, y Sergio Massa, adversario en la misma categoría del Frente Renovador.

El lugar para la foto final de los candidatos fue el Centro Asturiano de Vicente López, el distrito de la zona norte del conurbano que gobierna el primo del Presidente, Jorge Macri. Se trata de una zona donde reside parte del voto más duro que sostiene a Cambiemos. También de un lugar, como en otros centros urbanos, donde el desencanto por la situación ecónómica ha llevado a la indecisión, o al voto castigo. Con esa preocupación en ciernes, Vidal ofició de principal oradora en el cierre de una campaña con candidatos con un nivel de conocimiento mucho menor que el que acumula la mandataria. Desde ese lugar, arengó a las 3.000 personas que colmaron el microestadio de Avenida Libertador al 700 de Vicente López.

Parada en un escenario central, con la habitual estética «360», del candidato rodeado por el público, Vidal habló de dos breves intervenciones de la primera candidata a diputada nacional Graciela Ocaña, y la cabeza de la lista para el Senado Esteban Bullrich, competidor directo de CFK en la misma categoría.

“El resto de los candidatos no te van a solucionar los problemas, ahora hablan como recién llegados, pero estuvieron 25 años gobernando la provincia. No tienen autocrítica”, acusó Vidal, en un discurso de 40 minutos donde buscó polarizar con el kirchnerismo, consolidar un mensaje de cercanía y sensibilidad con los votantes de Cambiemos golpeados por la crisis y anclar la perspectiva en el futuro para no hablar del presente. “Lo más importante es decir la verdad, y esto se los digo de verdad. Cuando te importa, solo te importa cuando te duele, y te duele cuando te ponés en los zapatos del otro. Pero a ellos no les importó: no les importan los bonaerenses sino los votos de los bonaerenses”, arengó.

«Ahora el poder político no mira para otro lado, ni es cómplice de los mafiosos».»Era un gobierno de grandes oradores. Había Estadio Unico, había museo, pero cloaca y agua no había, dijo, y luego buscó apuntalar a Bullrich, sin dudas, el candidato más deficiente en términos de rendimiento para una campaña donde los demás escuderos tienen menos nivel de instalación pública. Lo peor de ese desequilibrio inesperado para el ex ministro de Educación, es que fue producto de sus propios errores discursivos, furcios y sincericidios. «Yo lo vi a Esteban terminar con el frío en invierno en todas las escuelas, yo lo vi llevar inglés desde primer grado a todos los chicos de la ciudad, yo lo vi abriendo salas de 5, 4 y 3 años», dijo. «Quién puede dudar del compromiso que Esteban tiene con la educación pública. Lo más importante es que yo lo vi a Esteban haciendo que la familia de la Ciudad volviera a creer en la educación pública mientras en el resto del país pasaba lo contrario», autocelebró la mandataria.

«El cambio es de verdad, es profundo, desde de los cimientos, y, por eso, es difícil porque es de verdad, es para siempre», pontificó la mujer y volvió a cargar contra el kirchnerismo. «Los que dicen que estamos haciendo las cosas mal son los mismos que se gastaron toda la plata que había para hacerte creer que estábamos bien mientras íbamos a ser Santa Cruz o Venezuela», disparó en un nuevo apelativo al sector más duro del voto oficialista.

«Mauricio no me dejó sola y vos no me dejaste sola. Por eso te pido que este domingo con esa misma esperanza vayas a votar y te expreses y muestres que somos millones que seguimos teniendo esperanza, que estamos juntos porque juntos es posible», cerró Vidal, casi en una apuesta plebiscitaria de su gestión de 19 meses al frente de la provincia más grande del país, en un momento donde la situación económica declinante de una gran parte del electorado puede tallar de manera determinante. Poco antes, Bullrich llamó a seguir a «la leona de la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal», en medio de globos, bailes y ovaciones de los militantes partidarios presentes. Más de tres mil, para algunos de los organizadores consultados.