El jefe de gabinete de ministros, Marcos Peña, fue la voz pública del Ejecutivo por el inicio de conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para tomar deuda y este miércoles encaró una conferencia de prensa en la Casa Rosada, donde aseguró que las negociaciones que encabeza Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda, en Washington demandarán «unas semanas, por lo menos» y dijo por ahora no hay demasiadas certezas sobre esta apertura de diálogo: «Pretendemos ser lo más prudente en materia de información».
Peña sostuvo durante toda la conferencia que este futuro préstamos es necesario para sostener el «gradualismo» para cuidad a «los sectores más vulnerables» y aseguró: «No ha habido ningún planteo del FMI para poder condicionar la posibilidad de tener un crédito. Hace un mes, (Christine) Lagarde vino y dio un claro respaldo al rumbo de Macri y al gradualismo». Además, el jefe de gabinete pretendió ahuyentar ciertos fantasmas sobre crisis cíclicas. «No es cierto que la historia se repita siempre. La realidad del fondo es distinta a otros tiempos y Macri incorpora el aprendizaje de los errores que cometimos en el pasado, como tener un tipo de cambio flotante», aseguró en fuerte defensa de la volatilidad del peso frente al dólar.
También, Peña recordó que además de los factores internos de la crisis financiera, existen factores externos que el gobierno de Cambiemos no puede manejar: «Algunas dificultades no sabemos cuáles van a ser. Parte de la maduración es aceptar que hay variantes que no manejamos, como el precio del petróleo». Por eso defendió el pedido de deuda al FMI, para hacer «menos vulnerable» la economía argentina en un contexto global cambiante.
Además, descartó cambios en su gabinete y desmintió que el gobierno haya consultado al ex ministro de economía Domingo Cavallo.