El peronismo se encuentra ante uno de los desafíos más grandes de su historia: revertir las elecciones de las PASO en las que salió tercero, no solo para que Sergio Massa llegue a la presidencia sino también para frenar la llegada al poder institucional de una opción que hizo proselitismo con consignas que erosionan consensos básicos de la democracia. Es por eso que desde Unión por la Patria aseguran estar satisfechos con una campaña que mostró a un candidato enfocado y que se ocupó de tejer alianzas con todos los sectores para enfrentar una fuerza política que desconcertó a dirigentes y consultores.
El 22 de octubre Sergio Massa obtuvo el 27,2% de los votos, por debajo de la suma de ambos candidatos de Juntos por el Cambio que llegó al 28% y por debajo también de Javier Milei que alcanzó el primer lugar con el 29,8%. Unión por la Patria realizó una mala performance en el norte y en la Patagonia.
Después del golpe, Massa se encargó de reordenar al peronismo. Fue clave su viaje al Norte Grande para acordar con los gobernadores un apoyo estratégico: ninguno tiene garantizada la gobernabilidad con un Ejecutivo en manos de la derecha, en cualquiera de sus formas. Luego viajó al sur, a las provincias petroleras, en donde festejó la quita del impuesto a las ganancias junto a los trabajadores del sector, beneficiarios de los salarios más altos del país, y en donde Milei salió primero por lejos. Esta semana el candidato de ultraderecha les avisó que si gana venderá Vaca Muerta.
Luego, la campaña pasó a una segunda etapa, en la que el candidato se dedicó a charlar con periodistas de medios tradicionales, pero también dedicó tiempo a los formatos nuevos que proliferan en YouTube. Tiempo pudo saber que en el búnker de UP analizaban que había funcionado la micro segmentación del electorado para poder llegar con un mismo mensaje a distintos públicos.
El objetivo de la estrategia comunicacional apuntó sobre todo a las madres de chicos en edad escolar y el miedo que genera la libre compra y venta de armas. También se trabajó sobre el público adulto mayor que no quiere pasar los próximos cuatro años con dificultades en el acceso a la salud. A la juventud de todos los géneros, UP le planteó la importancia de la universidad pública y de la posibilidad de acceder a carreras vinculadas con la tecnología. Sin embargo, reconocieron que les fue difícil llegar al público joven masculino, donde Milei cosechó empatía a través de un discurso muy violento.
Otra de las novedades de esta última semana que analizan los trabajadores de la campaña refiere a que los dichos de Milei reivindicando la dictadura cayeron mal en la sociedad. Este medio pudo saber que los asesores brasileños que trabajan en la campaña de Massa desconfiaban del eventual impacto negativo del discurso procesista.
De cualquier modo, los dirigentes argentinos que también colaboran en la campaña les explicaban que el proceso de Memoria, Verdad y Justicia caló hondo en la sociedad argentina y ponían el ejemplo de la marcha contra el 2×1 para los genocidas de 2017. El bajo volumen de la candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel durante la última semana lo confirma. De hecho, la entrevistadora de Jorge Rafael Videla no habló en el acto de cierre.
Desde UP evalúan que las discordancias y estridencias de la campaña del ultraderechista pueden ser aprovechadas desde el peronismo. Si bien los movimientos espasmódicos de Milei y sus allegados, que pasan de querer romper relaciones con el Vaticano a proponer un mercado de ballenas, parecen no hacer mella en su público. Analizan que sí puede ser capitalizado desde el oficialismo para llevar adelante acciones de lo que ahora se comenzó a llamar micro militancia en las redes, que convoca a la participación de gente que no está organizada y tiene una capilaridad mayor.
Massa pudo campear dos tormentas durante esta campaña. La más escandalosa estalló con el yate del todavía intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que podría haber producido un agujero mayor en el tejido electoral bonaerense, en particular en uno de los sectores electorales peronistas más grandes como es el conurbano bonaerense. Allí opera la figura de Axel Kicillof, cuyo perfil contrasta con esas prácticas de la vieja política; sirvió para amortiguar.
Otro de los grandes escollos que atravesó Massa fue la corrida cambiaria del dólar ilegal y su fallido traslado al ámbito bancario, tal como intentó hacerlo Javier Milei. Las amenazas de cárcel para los especuladores se transformaron en la persecución de dueños de cuevas y causas judiciales que desnudaron una red de fuga de divisas, en momentos de escasez en el Banco Central. Para evitar posibles nuevas extorsiones del dañino mercado financiero paralelo, Alberto Fernández llegó de China con un nuevo swap y el inicio del proceso de adhesión del país al banco de los BRICS.
Por lo pronto, este domingo por la noche el oficialismo esperará los resultados en el tradicional Centro C de Chacarita, desde donde se enterará si entró al balotaje. De ser así, quedará inaugurada la etapa final de la carrera de Massa hacia la Casa Rosada.