La semana pasada empezó a girar en las redes críticas en Chile y en Argentina sobre un mensaje en Tweeter de la compañera Izkia Siches, quien es la actual ministra del Interior de Chile del reciente gobierno de Boric, quien tuvo la intención desde lo discursivo de tender una señal de empatía con el pueblo mapuche.
El concepto que generó ruidos de comunicación es Wallmapu. El territorio mapuche del este de la cordillera es denominado Pwelmapu y el territorio del oeste es Gulumapu. La sumatoria del pwelmapu y gulumapu es Wallmapu, la totalidad del territorio histórico mapuche. En Argentina, nos denominamos pwelche (gente del este) y en Chile se denominan guluche (gente del oeste). Siches debió decir Gulumapu en lugar de Wallmapu.
No siendo mapuche, la ministra, ¿por qué debería saber con precisión el alcance del Wallmapu? ¿Acaso los propios mapuches (machos) en Chile no se refieren al Wallmapu en sus declaraciones y en sus prácticas pretendiendo abarcar al Pwelmapu, sin contemplar las voces (femeninas) mapuche en Argentina? Es una práctica mapuche patriarcal del gulumapu escribir libros o artículos refiriéndose a la plurinacionalidad sin incluir las voces (femeninas) en el Pwelmapu. Digamos todo.
En cada territorio, hay poligrillos, gallos y gallinas. Desde la derecha más rancia argentina (que ciertamente no mueve el amperímetro en la política nacional) un diputado rionegrino y un ex ministro de seguridad chubutense (que aún no pudo explicar la apedreada al vehículo de Alberto Fernandez en Lago Puelo el 13 de marzo del año pasado, empezaron a protestar por los dichos de la ministra Izkia. Una sobreactuación mediática, a la cual nos tienen acostumbrados desde la derecha, con la que quisieron convertir en conflicto algo que no lo es. Autonomía mapuche, no es antagónico de soberanía política argentina ni chilena. Autonomía mapuche, refiere a la capacidad política de un pueblo preexistente al Estado a autogobernarse al interior de un Estado como cualquier provincia argentina, o una región autónoma en el regionalismo italiano o español, como también podríamos llamar al territorio autónomo de Malvinas, claramente cuando lo recuperemos.
En Argentina, no es familiar y no debería ser motivo de escándalo el caso de gobiernos autónomos, si hasta tenemos la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Más allá del signo político actual de CABA, la autonomía es posible y no quiebra o resquebraja la soberanía argentina. Por lo cual, que el pueblo mapuche en Pwelmapu o Gulumapu pretenda la autonomía política en un Estado Plurinacional no debería espantar a nadie. Ofrece una solución política para mejorar un problema de gobernabilidad, de legitimidad de derecho y de convivencia democrática plural y diversa. Bolivia lo logró, Ecuador también. Un Estado como muchas naciones, federal, democrático y feminista es deseable.
Iskia Siches, con el uso de Wallmapu, tuvo la intención de construir puentes con el pueblo mapuche para abordar la desmilitarización de varias regiones del sur (macrozona), reparar a los familiares de las víctimas de los asesinatos mapuche en gestiones anteriores y consensuar un plan de gobierno para garantizar el modo de reproducción de la vida mapuche en su territorio. El pensamiento político de los nuevos gobernantes en Chile muestra a través del discurso una adhesión al neoconstitucionalismo latinoamericano, que ve posible y deseable la refundación de los Estados. Del Estado colonial, homogéneo, monolingüe y monocultural a un Estado Plurinacional.
¿Por qué la derecha está nerviosa ahora en Latinoamérica? Porque la llegada de Boric da oxígeno para un nuevo reacomodamiento de la estructura económica y productiva que toma lo ambiental no como un daño colateral o pasivo sino como centralidad para la vida y el trabajo de todxs. Precisamente el pueblo mapuche en su concepción de ixofij mogen (biodiversidad) encuentra un punto de intersección con los gobiernos populares para confrontar con el norte global que pretende depredar nuestros territorios.
La única contradicción en el sur global es que ya dejó de ser capital/trabajo, sino que es capital/naturaleza y tiene una forma de ir resolviéndola desde el principio de reciprocidad que el pueblo mapuche y todos los pueblos originarios sostenemos. Reciprocidad de la vida humana con la vida de toda la tierra/territorio/naturaleza, que encuentra también su punto de intersección con la visión del cuidado de la Casa Común.
Caminemos el diálogo con la blanquitud desde nuestra hermosa moreneidad para convivir en la casa común/territorio. Bienvenido Boric a Argentina y al pwelmapu!
# Verónica Azpiroz Cleñan es politóloga. Mapuche.