El presidente había comenzado el día con la buena noticia de que habían encontrado a la nena buscada. Y porque había asistencia perfecta en la reunión de gobernadores para analizar las medidas sanitarias. El clima cambió cuando Sergio Berni prepoteó al secretario de Política Criminal nacional, Eduardo Villalba, y a las fiscales Laura Bellogui y Alejandra Mangano. En Casa Rosada señalaron que el ánimo de Alberto Fernández cambió por completo. Y que su enojo fue mucho.
El presidente llegó de Olivos. Allí hizo la teleconferencia con gobernadores, a la Rosada arribó a las cinco de la tarde, minutos después de que la ministra de Seguridad Sabina Frederic se reuniera con Santiago Cafiero. El encuentro estaba pautado de antemano para hablar del Consejo de Seguridad, entre otros temas. Pero la agenda cambió después del escándalo que desató Berni.
Frederic le presentó a Cafiero un informe con el desarrollo realizado por la Nación con el programa “Alerta Sofía”, que se autorizó apenas la fiscalía lo solicitó. Esto permitió que toda la población estuviera enterada de la desaparición de Maia. El operativo, evaluaban en el Gobierno, había funcionado bien. La sociedad entró en alerta y una vecina que vio a Maia y Carlos Savanz, el hombre que la había sustraído de la zona en la que vivía, llamó al 911. Eran 1500 los policías de la Federal que estaban buscando a la nena, además del seguimiento por las cámaras de seguridad.
El Alerta Sofía lo que hace es, a través de la Enacom, obligar a los medios de comunicación a emitir la imagen autorizada de la menor. Porque si no hay riesgo de vida las imágenes de los menores no pueden ser difundidas.
Nación no tiene jurisdicción sobre la Ciudad de Buenos Aires. Tomó intervención porque existía una posibilidad de que fuera un delito de trata. Por eso se conforma una mesa en el ministerio de seguridad.
Cuando se conoció el hallazgo con vida, el secretario Villalba arribó junto a las fiscales que intervinieron en la investigación. Una vez en el lugar, previa visita al hospital de Luján, el ministro provincial Sergio Berni comenzó a agredir al secretario Villalba. Ante la situación, el funcionario nacional decidió retirarse hacia un costado junto con la fiscal Mangano y, en ese momento, Berni se abalanzó sobre él y comenzó a agredirlo físicamente.
Ante esa situación, Villalba decidió irse mientras Berni continuaba con los insultos y las agresiones delante de decenas de efectivos policiales y autoridades judiciales.
Cuando el secretario nacional comenzaba a salía del lugar sin ser visto por la prensa, le avisaron desde adentro que Berni estaba patoteando a la titular del SIFEBU, Leticia Risco, y a la fiscal Belloqui, recriminándoles una supuesta inacción en la causa y, sobre todo, que no se habían comunicado con él.
El enojo con Berni en Rosada es mucho. Frederic se fue respaldada por Cafiero y por el presidente. Algunos evalúan una necesidad de protagonismo en el funcionario bonaerense, que había quedado menguado luego de que la fuerza policial que conduce se sublrevara el año pasado.
Iba a ser un día en el que la mirada estaría puesta en la respuesta que va a dar el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a esta familia que estaba debajo de un puente en estado de extrema vulnerabilidad. Berni logró que se mirara para otro lado.
