El presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, tuvo una agitada agenda en su primera visita a la Argentina para la asunción de Alberto Fernández y Cristina de Kirchner. Si llegada al país es todo un símbolo de época, cuando a 90 millas de sus costas hay un gobierno que renueva la ofensiva contra la Revolución incrementanto las sanciones y tratando de asifixiar a su gobierno con un bloqueo que ya lleva casi 60 años. Y sobre todo en momentos en que las manifestaciones contra el modelo neoliberal se extienden en la región y los medios hegemónicos, en lugar de cuestionar políticas que van contra los intereses populares, acusan de injerencia a agentes cubanos y venezolanos. Y cuando a 90 millas de sus costas hay un gobierno que renueva la ofensiva contra la Revolución incrementanto las sanciones y tratando de asifixiar a su gobierno con un bloqueo que ya lleva casi 60 años.
Fuera de ese marco de análisis simplón, el mandatario cubano no se privó de los homenajes en el monumento al general San Martín y en el parque de la Memoria, donde se tomó su tiempo frente a la placa que recuerda a Rodolfo Walsh y ante las que dan testominio de los jóvenes trabajadores de la embajada cubana Crescencio Galañena Hernandez y Jesús Cejas Arias, secuestrados y desaparecidos por la dictadura militar en 1976.
Luego, mantuvo una reunión con empresarios que mantienen negocios con la isla. Argentina es el cuarto mayor socio comercial de Cuba, el noveno a nivel internacional y los turistas argentinos son los segundos en cantidad en recorrer el archipiélago.
Por el lado local, el presidente de la Federación argentina de la Industria Molinera, Diego Cifarelli, destacó el interés en concretar inversiones en Cuba. Juan Salvador Amato, presidente de la Cámara Pyme Argentina, señaló las dificultades en nuestro país como una traba extra para incrementar la relación comercial.
El que más disposición para “transferir nuestros conocimientos para que ustedes desarrollen sus capacidades” fue Gustado Grobocopatel, presidente del Grupo Los Grobos, quien destacó que en las últimas tres décadas la producción de trigo se multiplicó por cinco debido a las nuevas tecnologías. Y se ofreció para desarrollar esas mejoras en Cuba.
También hubo oferta de operadores turísticos y el pedido de que Aerolíneas Argentinas vuelva a volar hacia La Habana y de que cubana de Aviación aumente las frecuencias.
Díaz Canel dijo frente a los empresarios que “Argentina es un país entrañable para Cuba”. La misma frase dijo en la noche del lunes ante una multitud que asistió a un encuentro en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA.
“Aquí nació el Che, que también fue declarado cubano por nacimiento, excepcionalidad que solo comparte en nuestra historia con el Generalísimo Máximo Gómez, extraordinario militar dominicano que llegó a ser General en Jefe de las tropas mambisas en nuestras guerras de independencia”, dijo el mandatario cubano.
Luego reafirmó esa historia en común, que inicia con José Martí, cónsul argentino en Nueva York a fines del siglo XIX, lo que hace “inseparables nuestros sentimientos, desde todos los compañeros que arrastró el Che consigo en la construcción de nuestros sueños de justicia social en los años fundacionales; pasando por el dolor compartido por los 30 000 desaparecidos; las luchas de las abuelas y madres de Plaza de Mayo; la pasión por el fútbol, Maradona y su amistad personal con Fidel; lo mejor del cine latinoamericano y del rock en español, hasta llegar a Néstor y Cristina, cuyo legado cristaliza ahora en el triunfo de Alberto”.
Como cierre de su discurso, recordó a Leon Gieco, quien dijo que “todo está guardado en la memoria”.