La fábrica situada en el barrio porteño de Villa Ortúzar decidió interrumpir su producción y dejar en la calle a sus 60 empleados el mismo día en que los trabajadores del mundo celebran su día internacional de lucha. 

Según denunciaron los trabajadores, los dueños de la compañía se mudaron a Paraguay donde planifican volver a poner en pie una nueva planta de las mismas características aprovechando los menores costos laborales y las facilidades que existen en favor de los empresarios en ese país.

Walter Correa secretario general del sindicato del Cuero (FATICA) explicó que «los dueños solicitaron su propia quiebra y desaparecieron de la faz de la tierra sin pagar ni la quincena, ni las indemnizaciones, ni algunos salarios adeudados”. Según el sitio empresarial Trade, la compañía ostenta una facturación anual registrada en AFIP de entre $5 y $20 millones de pesos.

Según el dirigente, en una asamblea de trabajadores se resolvió la ocupación de la planta: “estamos organizando la toma y, más allá de la lucha para que los compañeros cobren sus indemnizaciones, estamos pensando en hacer una cooperativa de trabajo.” A pesar de las gestiones en ese sentido todavía no han logrado la intervención del ministerio de Trabajo a cargo de Jorge Triaca.

Para Walter Correa no se trata de un caso aislado: “todo lo que es manufactura se está viendo muy afectado por las importaciones de productos de cuero que están entrando desde China y la India. Sin ir más lejos hace pocos meses hicimos una presentación pidiendo una entrevista con el ministro de Trabajo porque, la misma YPF que es una empresa recuperada por el Estado, decidió importar 500 mil pelotas de cuero desde China que equivalen a nuestra producción anual nacional. No nos dieron pelota y el sector se está haciendo pelota”. denunció.