La justicia de Jujuy volvió a fallar contra la líder de la Túpac Amaru, Milagro Sala, primera presa de la era Macri, arrestada en enero de 2016 por protestar frente a la gobernación jujeña. El Tribunal provincial en lo Criminal Número 1 la condenó a cuatro años de prisión por supuestas agresiones, en una causa en que la defensa ha denunciado que la única prueba es la declaración de un arrepentido y nada más, como contó Tiempo en su edición del domingo.
En el juicio se la acusaba de ser la supuesta autora, junto a otras personas, de un ataque a los dirigentes sociales Juan Carlos Maidana y Cristian Cesar Arias, alias «Luca», en un hecho ocurrido en julio del 2006, en una oficina del primer piso del Ministerio de Infraestructura y Planeamiento.
Los fiscales de Cámara Marcelo Cuellar y Diego Cussel pidieron para Milagro una pena de 5 años y 4 meses en la audiencia de la semana pasada.
El Tribunal cedió la última palabra a la imputada, quien se puso de pie y dijo: «No porque me dicten más años de sentencia el gobernador (Gerardo Morales) va a solucionar el hambre que hay en la provincia. Están equivocados. No tengo nada que ocultar y no hice nada malo. Esta pesadilla en algún momento se tiene que terminar».
Es una causa típica de la factoría Morales: arrancó en 2016 con la declaración supuestamente espontánea de Juan Carlos Maidana, que estaba preso desde 2009, y la radicó en el juzgado del juez Pablo Pullen Llermanos, el mejor empleado del gobernador en la persecución de la líder de la Tupac Amaru. El expediente había sido archivado y hasta la aparición sorpresa del testigo, Milagro no había sido nombrada.
«El denominador común (de las causas contra Sala) es la inexistencia de pruebas en su contra, la presencia de un solo testigo como es el caso de la causa de los huevos, de la balacera y el de Luca Arias. También el armado de las causas y la participación, qué casualidad, de los mismos funcionarios: Diego Cussel por la fiscalía y el juez (Pablo) Pullen Llermanos», remarcó la abogada Paula Álvarez Carrera, defensora de Sala junto a Ariel Ruarte.
La aparición del testigo Maidana es tan espontánea como la de René «Cochinillo» Arellano, el único testigo que brindó la versión que el Tribunal Oral Federal de Jujuy utilizó para condenar en diciembre de 2016 a Sala por instigación en la causa de los huevos contra el entonces senador Morales. Lo mismo ocurrió en el juicio de las bombachas, donde Milagro fue absuelta pero la Cámara de Casación revocó ese fallo.
Los hechos ocurrieron el 3 de junio de 2006 en el marco de una reunión de organizaciones sociales con el entonces , ministro de Infraestructura y Planeamiento de la provincia, Luis Consentini. Los fiscales acusan a Sala –que entonces estaba en la CTA– de llegar junto a 15 personas y atacar a Arias y Maidana a golpes. Para la defensa, en cambio, fue un choque entre dos grupos políticamente enfrentados, una riña en la que no se pudo identificar a los agresores de Arias. El agredido, en tanto, murió de leucemia ocho meses después, por lo que los fiscales sólo aportaron la versión de Maidana.
En su declaración, Milagro señaló que era ridículo pensar que ella pudo haber lastimado a Luca, un hombre corpulento que medía 1,70, pesaba 90 kilos cuando ella no alcanza el metro sesenta y es delgada.