El escenario preparado para la conferencia de prensa realizada en Olivos marcó un punto de inflexión en la comunicación oficial de la crisis del Coronavirus. La decisión de que el presidente Alberto Fernández compartiera la escena con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, apuntó a dimensionar la situación por fuera de los límites partidarios y territoriales y marcar el inicio de un diálogo con la sociedad en el que participen las figuras centrales de la política argentina.
Atrás quedó la experiencia de la cadena nacional con el jefe de Estado hablando en soledad y con un discurso menos espontáneo, o el diálogo directo en dos de las radios de mayor audiencia de este domingo por la mañana, que alimentaron la desconfianza, a partir de una virtual “especulación en voz alta” sobre lo que “debería hacerse en los próximos días”, que derivó en oleadas de ciudadanos volcándose a los supermercados previendo un cese total de actividades de 14 días.
Ese traspié, propio de una figura política acostumbrada a manejar la comunicación de manera autónoma, fue corregido por la tarde tras el encuentro del gabinete nacional, los especialistas en salud y los ya mencionados Kicillof y Rodríguez Larreta. Fernández recuperó la espontaneidad en la comunicación, pero se ajustó al guión consensuado en la reunión. Informó lo decidido, evitó especular y, lo que es más importante, le transmitió a la sociedad la estrategia de su gobierno para enfrentar la situación: minimizar la circulación del virus para que tarde en convertirse en autóctono, proteger a los mayores y los que están en riesgo, y cerrar la frontera. Ganar tiempo.
Para este lunes quedará la letra fina de estas medidas paulatinas. La circulación en el AMBA, la mitigación del impacto económico y, una vez más lo deslizó el presidente, la posibilidad de profundizar las medidas de restricción de la circulación. La semana que se inicia irá perfilando el futuro escenario. En la Argentina se acerca un feriado largo –el del 24 de marzo, día de la Memoria, convertido en puente por el gobierno anterior- y, una semana después, el del 2 de abril, fecha en que se conmemora el inicio de la guerra de Malvinas. Para entonces, el gobierno contará con alguna información sobre el impacto del receso en el crecimiento de la curva de casos identificados en el país, y podrá definir si lo amplía o lo levanta.