Hoy se cumple un año de la asunción de Jorge Macri como Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El aniversario ofrece una buena oportunidad a vecinas y vecinos para hacer balances y, en particular, para revisar transformaciones y continuidades desde la llegada del primo de Mauricio Macri al poder.
Sin ánimo de spoilear las conclusiones de esta nota, es bastante evidente que desde la llegada del ex intendente de Vicente López, se han profundizado los problemas que caracterizaron los 18 años de gestión del PRO/CAMBIEMOS en nuestro distrito. En particular, el alineamiento precoz y sumiso de Macri al gobierno nacional de Javier Milei, aceleraron esta decadencia que se traduce en retrocesos tan concretos como esperables.
El GCBA cedió en los reclamos, aceptó el traspaso de la custodia de detenidos al ámbito de la ciudad sin el presupuesto estipulado y aplicó un feroz ajuste en sectores claves como salud y educación que históricamente venían perdiendo terreno en el presupuesto porteño. A esta situación se sumaron otros dos temas centrales que muestran la continuidad entre la gestión de Rodriguez Larreta y Jorge Macri: los derrumbes y la fuga de presos en comisarías y alcaidías.
Respecto al primer tema, en un relevamiento que realizamos con mi equipo de trabajo, detectamos al menos 12 siniestros entre 2023 y octubre de 2024 en los que murieron siete personas y resultaron heridas más de 20. El 40% por ciento de estos hechos y cuatro de esas muertes ocurrieron durante la gestión de Jorge Macri. Respecto de la fuga de presos, las recientes declaraciones del jefe de gobierno porteño parecen una broma de mal gusto: “Hasta ahora se escaparon menos presos que en el último año de gestión de Horacio Rodríguez Larreta”.
Lo que omite el análisis del primo de Mauricio es que él fue Jefe de Gabinete de HRL y parte de ese gabinete continúa en la actual gestión, esa que intenta separar tajantemente de la anterior. Además, Jorge Macri acordó el traspaso de la custodia de los detenidos en el ámbito federal a la ciudad, aunque aceptó la transferencia sin el correspondiente giro presupuestario, cargando en las espaldas (y bolsillos) de los vecinos y vecinas de nuestra ciudad el costo de una sumisión inexplicable. Esto mismo ocurrió con las líneas de colectivos y el servicio penitenciario. Aún esperamos que respondan los pedidos de informes que hemos realizado.
Otro de los temas centrales que se arrastran desde la gestión Larreta es la actualización del Código Urbanístico, que desde 2018 no se modifica. La propuesta de la gestión de Jorge Macri no sólo continuó con el modelo de especulación inmobiliaria y la falta de planificación sobre el uso de la tierra para desarrollo de la vida de las y los porteños sino que incluso agravó situaciones críticas como la falta de espacios verdes o las desigualdades entre el norte y el sur de la ciudad. Desde la oposición, trabajamos junto a especialistas y escuchando las demandas de los barrios, para poner un freno a esta constante complicidad con los sectores inmobiliarios y para construir alternativas que coloquen a los derechos de vecinas y vecinos en el centro. Durante las audiencias públicas escuchamos decenas de especialistas y habitantes de la ciudad que se pronunciaron en contra. Este jueves llevaremos esas voces al recinto.
Con el mismo espíritu de escucha y para darle respuestas a los problemas que enfrenta la ciudadanía porteña, este año hemos trabajado en uno de los temas más complejos de la agenda actual que tiene como protagonistas a jóvenes, niños y niñas: la ludopatía digital. Desde comienzos del año hemos articulado con psicólogo/as, docentes, trabajadores/as sociales, clubes de fútbol y familias que nos acercaron un problema en crecimiento. En abril de este año presentamos nuestro proyecto para regular la publicidad e incluir el control biométrico de acceso a los sitios de apuestas. Meses después, en un claro acto de oportunismo, el PRO se sumó al tema.
Resulta imposible hacer un análisis sobre la gestión de Macri en la ciudad sin recordar que Buenos Aires es la ciudad con mayores ingresos per cápita de nuestro país, lo que obliga a quienes tienen la responsabilidad de diseñarla, a instrumentar de manera urgente, una política social para los sectores más vulnerables que sea concreta, situada y eficiente. Hasta el momento, el gobierno porteño no generó ninguna medida de contención para las miles de personas mayores que viven en la ciudad y que han visto reducidas sus jubilaciones, recortados sus medicamentos y afectados sus ingresos con los fuertes tarifazos de los servicios públicos.
¿Tiene un plan de contingencia para abordar la crisis generada por el ajuste en el PAMI? Es algo que llevaremos al recinto para exponer la nula política de contención de la gestión del PRO. El gobierno porteño sólo buscó “limpiar” la ciudad de las personas que poco a poco van cayendo de los márgenes y reprimió a quienes osaron protestar contra la motosierra del gobierno de Milei o como hizo con las y los enfermeros que reclaman desde hace años su reconocimiento como personal de salud. Al menos, en este caso, se vio obligado a reconocer la magnitud del conflicto y de forma parcial cedió ante la lucha de cientos de miles de enfermeros y enfermeras, pero no fueron incorporados a la carrera profesional, apelando a la tónica futbolística, los dejo jugando en el Nacional B sin posibilidad de ascenso.
Inacción en la gestión y complicidad en la crueldad parecen ser los denominadores comunes de un gobierno que, aunque intenta marcar ciclos, lleva 18 años en el poder y desde hace un año se reedita con un viejo, padecido y conocido apellido.