Alberto Fernández siguió el debate desde el norte argentino. “Es un tema prioritario”, dijeron desde Presidencia. Los números siempre estuvieron y la sesión, según se había acordado dentro del oficialismo, debía concurrir en paz.
El presidente estuvo en Salta y Tucumán, acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi; la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti; el secretario general de la Presidencia, Jorge Vitobello, y el asesor presidencial Juan Manuel Olmos.
Desde Salta, el jefe del Estado volvió a dejar un mensaje para adentro del Frente de Todos: “Escucho hablar mucho que nuestras ideas para poder hacer frente van a significar ajustes. ¿Dónde están los ajustes? Explíquenmelos”.
Sin embargo, el malestar general dentro del oficialismo producto de la fractura ante el acuerdo con el FMI, no se trasladó dentro del recinto debido a una decisión política clave: no picantear la sesión.
Según pudo saber Tiempo, dentro del bloque oficialista en el Senado se acordó que los y las senadoras no iban a hablar, y los que lo hicieron, fue sin chicanas ni acusaciones a quienes votaban distinto.
Fuentes parlamentarias confiaron a este medio que muchos senadores y senadoras trabajaron en sus exposiciones para justificar su voto en contra con datos históricos y económicos. Sin embargo, se priorizó el cuidado por las formas, para no generar otro episodio de tensión dentro de la coalición gobernante.
Por lo pronto, fuentes de la oposición esperan que esta primera instancia de coordinación que tuvieron con el gobierno para votar a favor del acuerdo, se pueda seguir sosteniendo en el tiempo al momento de pensar herramientas para controlar la inflación, como la iniciativa del senador nacional por Juntos Somos Río Negro, Alberto Weretilneck, de quitar el IVA de los alimentos de la canasta básica.