La Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, según pudo averiguar Tiempo en forma exclusiva, solicitará que se investigue al exfiscal Gustavo Demarchi, que actualmente cumple arresto domiciliario tras ser condenado por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. El pedido de la Secretaría surgió luego de que esta semana una nota publicada en la web Tiempo revelara que Demarchi utiliza cuentas de Facebook falsas en las que publica fotos de desaparecidos. El escrito firmado por el abogado Manuel Marañon, representante de la Secretaría de DD HH bonaerense, solicitará que “se le revoque el beneficio que se le ha otorgado al condenado de gozar de encierro domiciliario” y hace hincapié en la gravedad de “la actividad desplegada a través del uso de redes sociales y de acceso a Internet –sin sujeción a ningún tipo de control– que lleva adelante el condenado, mediante la cual puede encontrarse recabando información sobre testigos y víctimas, formulando publicaciones que amedrenten o condicionen a personas vinculadas a los hechos”.
Demarchi, exfiscal condenado como líder del grupo parapolicial CNU (Concentración Nacional Universitaria), a través de un perfil falso, está al frente de un grupo de Facebook de un club de rugby donde también jugaba una de sus víctimas, un club que además tiene en su historial a cinco desaparecidos más, entre ellos a Tomás Fresneda, abogado laboralista secuestrado durante la trágica “Noche de las corbatas”. Cómo único administrador y bajo el nombre de Gustavo Verde, Demarchi sube historias y fotos de las distintas formaciones de Nogales Rugby Club, el equipo perteneciente al Colegio Nacional Nº 1 de Mar del Plata. En ese mismo club jugó Guillermo Videla, un joven que fue secuestrado y asesinado a sus 16 años junto a su hermano y su padre como parte del operativo del 5×1, realizado el 21 de marzo de 1975, previo al golpe de Estado, donde la CNU comandada por Gustavo Demarchi asesinó a cinco personas en una misma noche.
Demarchi, que se mantuvo fugado durante dos años y tuvo que ser extraditado desde Colombia para su juzgamiento, fue condenado a reclusión perpetua en 2016 por ser coautor de los homicidios de Enrique Elizagaray, Guillermo Enrique Videla, Jorge Enrique Videla, Jorge Lisandro Videla y Bernardo Goldemberg. Y por la privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y el homicidio calificado de la decana de la Facultad de Humanidades María del Carmen ”Coca” Maggi.
Demarchi –además– fue un engranaje clave de la “pata civil” desde su cargo como fiscal durante la última dictadura, llegando a tener como secretario a Eduardo Salvador Ullúa, un miembro de la CNU implicado en el caso del asesinato de Silvia Filler. Su nombre apareció en la polémica lista de “presos sugeridos” para salir de prisión que presentó en su momento el gobierno de Mauricio Macri. En esa nómina de más de mil detenidos también figuraban Jorge “El Tigre” Acosta, Julio “el Turco Julián” Simón y uno de los integrantes del “Clan Puccio”. Sin embargo, sólo tres años después de su condena, a mediados de diciembre del año pasado y a poco de comenzar la feria judicial, los magistrados Víctor Blanco y Alfredo Ruiz Paz le otorgaron a Demarchi el beneficio de la prisión domiciliaria por una dolencia en su talón de Aquiles, pese a que el Servicio Penitenciario Federal había informado en su momento que se encontraba en condiciones de atender esas patologías intramuros.
Así, Gustavo Modesto Demarchi se transformó en uno de los 23 condenados por delitos de lesa humanidad que fueron beneficiados con arrestos morigerados y que se encuentran en la ciudad de Mar del Plata. Actualmente, son más de 650 condenados a los que se les concedió el arresto domiciliario. Casi un 70% de los responsables de los delitos de lesa humanidad más aberrantes de la historia argentina están en sus hogares. Ahora el Tribunal deberá decidir sobre el pedido que presentará la Secretaria que conduce Matías Facundo Moreno. En caso de revocarle el beneficio, el exfiscal volvería a la Unidad de Marcos Paz para cumplir con el resto de su condena.