Alrededor de las cinco de la tarde de este viernes, la explanada del Polo Científico – Tecnológico ubicado en Godoy Cruz al 2.320, en el barrio porteño de Palermo, desbordó de científicos, investigadores, docentes universitarios, trabajadores del CONICET y otras instituciones de prestigio que salieron a la calle con muchas ganas de explicar a la sociedad que “la Ciencia no es cara; cara es la ignorancia”, ante la amenaza recortadora y privatizadora del candidato a la presidencia de ultraderecha Javier Milei.
Así, durante el acto, se alzaron voces prestigiosas que, como en otras etapas del país, salieron a defender al CONICET y al sistema científico argentino en un país que dio a la Argentina y al mundo tres premios Nobel en Ciencia (Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein) durante el siglo XX. Todos ellos fueron formados en el sistema educativo público argentino, otra de las áreas en las cuales el candidato de ultraderecha propone recortes profundos en beneficio del sector privado y con vistas, en algunos casos, hacia el arancelamiento.
La ciencia argentina es presente y, fundamentalmente, futuro para el desarrollo del país. Allí estuvieron sus científicos para reafirmarlo. En medio de la multitud, Tiempo conversó unos instantes con Gabriel Rabinovich, quien se presenta como “investigador del CONICET y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas” de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El día anterior, jueves, Rabinovich presentó la empresa de base tecnológica GALTEC, una compañía argentina de productos terapeúticos para el tratamiento del cáncer, nada menos, creada junto a colegas del CONICET y profesionales de distintas disciplinas. “Para mí es fundamental defender la ciencia. Justamente ayer fundamos una empresa después de 30 años de que el CONICET y la universidad pública apoyó. Generamos nuevas terapias basadas en una proteína que se llama Galectina, para el cáncer y para enfermedades inmunológicas autoinmunes. Esto es fruto de 30 años de laburo de becarios, de técnicos, de investigadores. Y hoy en día podemos brindárselo a pacientes. Estamos preparando las tecnologías para poder llevárselas a pacientes”, adelantó.
“Creo fundamentalmente que la ciencia es crítica y esencial para las primeras fases de la investigación, para poder apoyar al Estado, para poder genera riquezas. Sin ciencia, no podemos sobrevivir. Eso está clarísimo y en los países más desarrollados sucede así. Así que no podemos estar excluidos. La ciencia genera inclusión, la ciencia nos identifica y es una inversión para generar nuevos productos, nuevas tecnologías. Y no sólo desde la medicina. Desde muchísimas disciplinas el CONICET ha demostrado que nacional e internacionalmente puede competir. Es una de las instituciones más prestigiosas” reafirmó Rabinovich. “Nosotros queremos estar cerca de la ciudadanía. A ellos les decimos que por favor recurran a nosotros. Que tenemos soluciones. Que cuenten con nosotros, que somos parte de la gente”, remarcó.
Más desarrollos al servicio del país
Carolina Carrillo también es investigadora del CONICET. Conversar con Tiempo y comenta que tiene un parentesco lejano con Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de Argentina. Se puede decir que la vocación por la ciencia al servicio del país la lleva en los genes. Para quienes ya olvidaron la pandemia, Carrillo es una de las investigadoras del CONICET que participó en 2020 del desarrollo del Neokit-Covid-19, un nuevo kit de diagnóstico de Covid-19, de bajo costo y fácil de maniobrar que permite indicar, en menos de dos horas a partir de una muestra respiratoria, si una persona está infectada o no por el coronavirus. Actualmente investiga fuertemente la enfermedad de Chagas, considerada por la Organización Mundial de la Salud como una “enfermedad tropical desatendida” con un impacto en los sectores más desfavorecidos de la población.
“Soy bióloga molecular y trabajo en la enfermedad de Chagas, buscando nuevos tratamientos y nuevos sistemas de diagnóstico. El Chagas es una problemática que, a diferencia de cómo piensa la mayoría de la gente, que es solo rural y en algunos lugares, es nacional: el 60 por ciento de las personas que tienen Chagas viven en ciudades, ahora es una problemática súper vigente. Y si no lo investigamos nosotros, ¿quién lo va a investigar? Por eso la importancia de defender al CONICET, que genera conocimiento. El conocimiento nos da la posibilidad de tener respuesta a enfermedades, a producción en el campo, mejores alimentos, mejor calidad de vida, mejor enseñanza en las escuelas. Las currículas de las escuelas se forman, en gran parte, por el conocimiento que generamos. Así que por eso estamos acá”, remarcó.
Carrillo destacó también la cercanía de la ciencia con la vida de la gente, aunque no siempre lo noten. “En la pandemia se notó lo cerca que está la ciencia de la gente, porque se pudieron usar los barbijos que desarrollamos quienes estamos en el CONICET. Los kit de diagnóstico. Participé del desarrollo del Neokit, un kit que se usó a lo largo y a lo ancho de todo el país, con más de cinco millones de reacciones para diagnosticar el COVID. Y así, hubo y hay un montón de aportes. En ese momento estuvo bien presente. Quizás, a veces, nuestra memoria es un poco lábil, pensando que ya pasó la pandemia. Pero la verdad que lo que aporta la ciencia y la tecnología es para todos los días: es una mejor calidad de educación, una mejor calidad de salud, un conocimiento que se puede aplicar en un montón de campos, incluso para la productividad del país”, señaló.
Voces por la ciencia
Durante el acto, más voces representativas se hicieron oír. Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación: “La ciencia argentina cumple un rol fundamental, no se puede privatizar ni cerrar. Argentina es el único país de la región que puede tener sus propios satélites y el único de la región que está avanzando en la energía nuclear de la manera en que lo estamos haciendo. Argentina ha avanzado muchísimo en los aspectos vinculados a la salud, al agro. Nuestra ciencia, nuestros científicos, trabajan todos los días, aún en condiciones difíciles. Así lo hacen y han venido acá a mostrar la fuerza de nuestra ciencia”.
Ana Franchi, presidenta del CONICET: “Cada vez que nos atacaron, sacamos anticuerpos y acá estamos, siempre. Ahora en este playón, y antes en la Avenida de Mayo, cuando caminábamos hacia la Casa Rosada… si nos tocan, nos tocan a todos. Siempre vamos por más. Y vamos por un CONICET al servicio del país”.
Pablo Núñez, subsecretario de Coordinación Institucional del MINCyT: “Los trabajadores del CONICET, de todos los organismos nacionales, no queremos volver a las épocas más oscuras que tuvo el sistema científico argentino. Volver (al sistema) donde forzamos a los jóvenes y a las jóvenes, futuros científicos, a irse a países centrales”.
Roberto Salvarezza, presidente del directorio de Y-TEC, presidente del directorio de YPF Litio, investigador superior del CONICET remarcó: “Este es un momento que muchos hemos vivido en otras épocas, con viejas propuestas de 1990. Propuestas que ningún país del mundo se hace sobre la ciencia, con ataque a los científicos que hemos escuchado reiteradamente, algo que ya pasó en la etapa de Cambiemos y que vuelve a repetirse ahora con temas aún más graves. Ahora ya hablamos de privatizar, como en 1990. No va a suceder porque vamos a estar acompañando a los investigadores, a los becarios, a los técnicos, a los administrativos”.
Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, destacó: “Desde la CNEA podemos decir que siempre se ha defendido aquella tecnología que nos permite el desarrollo de la energía atómica de todas sus aplicaciones para usos pacíficos que tienen que ver con lograr una transición energética hacia energías limpias. Desde el apoyo que tenemos desde la Comisión hacia otros tipos de energías también, pensando quizás en el litio, en el hidrógeno, en la energía solar, en el desarrollo de radioisótopos para la cura, y para el diagnóstico de enfermedades. Para cada uno de esos temas hay mucha gente trabajando de sol a sol en cada uno de los rincones del país”.
Alberto Kornblihtt, biólogo molecular e investigador del CONICET: “El CONICET es federal y va desde Usuhaia hasta Jujuy, desde Mendoza hasta Misiones. Y esperamos que esta experiencia se replique en todos los lugares donde está el sistema de ciencia y técnica. Este señor (Milei) no viene sólo por la ciencia y la tecnología. Viene a destruir la esencia de nuestro sistema de solidaridad social. Viene a destruir la educación pública, la salud pública, a pretender que cada uno se las arregle como pueda. A que si tiene que pavimentar la calle de su barrio, paguen los vecinos y que no haya más obra pública”.
Celeste Saulo, presidenta del Servicio Meteorológico Nacional y nueva secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, primera mujer en la historia en ocupar ese cargo: “Si nos tocan a uno nos tocan a todos. No podemos permitir que la ciencia esté en discusión y, para agregar, desde mi campo de conocimiento, lamentablemente tenemos a un negacionista del cambio climático al frente de la otra propuesta. Y en el lado del sector de Patricia Bullrich, hay también una negación absoluta a lo que es el cambio climático. ¿Cómo le vamos a garantizar a las sociedades futuras un planeta más justo y más vivible?: solamente mediante la lucha de todos nosotros y nosotras”.
Finalizaron cantando el Himno Nacional Argentino. Entre la gente, ATE-CONICET Capital repartía volantes: el próximo martes habrá una nueva “reunión abierta” en defensa del CONICET y la ciencia pública en el Playón del Polo Científico.