El disparador fue una frase del intendente de Tandil, Miguel Lunghi, quien aseguró que si el Ejecutivo provincial no los autoriza dejarán que los comerciantes levanten la persiana igual. «Si no nos autorizan hoy, la semana entrante vamos a tener que abrir, porque los dueños van a reabrir solos, me lo han dicho. Ando con el auto y me paran, acá no tenemos guardaespaldas, es distinto», lanzó el jefe comunal. Lunghi reiteró así el pedido que inició su par de Vicente López, Jorge Macri, y otros pares del AMBA como Gustavo Posse (San Isidro) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y del interior para que Kicillof abra la actividad económica y encendió la mecha.
La ministra de Gobierno, Teresa García, le contestó y les advirtió que deberán hacerse responsables si dan permisos sin tener el ok de la provincia. «El intendente de Tandil ha sido uno de los que más se ha quejado estos últimos días pero también es uno de los municipios que más actividades habilitadas tiene en todo sentido, comerciales e industriales. Me parece, esto es una opinión personal, que un intendente diga ‘yo voy a abrir me den autorización o no me la den’ es un acto de rebeldía por el que va a tener que poner la firma en los decretos municipales que habiliten esas actividades», advirtió.
Luego, García llamó a los intendentes opositores a ser prudentes y recordó que varios distritos que estaban libres de coronavirus tuvieron brotes en los últimos días y tuvieron que retroceder de fase. «Nos parece que tenemos que ser muy prudentes. Aún con el interior más o menos libre de coronavirus y con muy pocos casos nos encontramos con episodios como los de Capitán Sarmiento en la procesadora de aves, o el caso de Necochea o ayer Olavarría. El intendente era uno de los que más reclamaba apertura, incluso ayer estableció hasta una encuesta propia a ver si la gente quería que se abriera o se cerrara, y lamentablemente ayer hubo 4 casos y 50 aislados entre el domingo y el lunes en Olavarría», remarcó.
También explicó que, tras el anuncio de la extensión de la cuarentena, el gobierno provincial evaluará permitir la apertura de algunos comercios de barrio, pero aclaró que no está definido aún. «Quizá haya alguna modificación que se está estudiando hoy respecto a la venta de indumentaria pero con carácter de comercio local, de proximidad, y con una modalidad que sea de no ingreso al local, no probarse la ropa, insisto en cuanto a comercio de proximidad», dijo.
Las declaraciones de García generaron enojo en las filas de Cambiemos. Legisladores, jefes comunales y hasta ex funcionarios de María Eugenia Vidal salieron a responderle a la ministra por considerar que los estaba intentando «disciplinar».
El presidente del bloque de Diputados de JxC, Maximiliano Abad, habló de un «intento de disciplinamiento político» por parte del gobierno y sostuvo que la oposición «no va a agachar» la cabeza. «Someterse sin hacer cuestionamientos es agachar la cabeza ante el disciplinamiento político de un gobierno que le tiene miedo a discutir. No es eso lo que los vecinos esperan de sus intendentes», dijo en su cuenta de Twitter respondiéndole a García.
«La ´rebeldía´ de los intendentes es responsabilidad, programa y compromiso, que es lo que se necesita para gobernar. Los Intendentes tienen esas virtudes, y esperamos que el Gobernador también», agregó Abad y dijo: «Tener criterio propio e iniciativa es una virtud a la hora de gobernar. Para otros, hacerse el rebelde es sólo una estrategia electoral».
El ex ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, quien ocupó el lugar de García en la gestión de Vidal, también saltó a defender a los intendentes. «El pedido de mayor apertura de los intendentes, no es rebeldía, es sentido común. Ellos conocen las necesidades de sus vecinos, la realidad de sus distritos y la capacidad de control. Depender de la decisión de alguien que se encuentra a 50 km atenta contra la autonomía municipal», posteó.