El oficialismo en el Senado pidió que se acelere el tratamiento del pedido de desafuero de la senadora nacional Cristina Kirchner y provocó el enojo del jefe del peronismo, Miguel Pichetto, y del kirchnerismo, que defendió a la ex presidenta y denunció que es víctima de «una persecución política».
Todo sucedió durante la reunión de la comisión de Asuntos Constitucionales cuando el senador nacional de Cambiemos, Ernesto Martínez, pidió la palabra para reclamar que se agilicen los pedidos de desafuero que «preocupan no sólo al Senado sino a la sociedad».
Con una Cristina Kirchner nuevamente ausente y sin nombrarla directamente, el legislador del oficialismo lamentó que «año tras año se dilaten» los pedidos judiciales de desafuero de senadores, en alusión al de la ex mandataria, reclamado por el juez federal Claudio Bonadio en la causa por el Memorándum firmado entre Argentina e Irán en el marco de la causa AMIA.
Acto seguido, Pichetto respondió que la comisión había sido convocada para constituirse y elegir autoridades y reclamó posponer el debate por el desafuero para la próxima reunión de la comisión cuando se posea, dijo, «información clave» sobre los plazos que esa comisión tiene para expedirse.
Es que según el reglamento los pedidos de desafuero caducan en un plazo de 60 días, una vez que ingresan al Senado, y quedan entonces en condiciones de ser tratados por el pleno de la Cámara a más tardar en 180 días.
«Lo primero que tenemos que tener es información clave y precisa del estado de la situación para evitar en el Senado debates estériles que indudablemente se agotaron por el plazo», justificó.
El jefe del bloque del kirchnerismo que la propia Cristina Kirchner integra, Marcelo Fuentes, denunció que existe «una persecución política» que busca «la destrucción del adversario» y advirtió que «hay fuerzas políticas que han hecho un manual en torno a la demonización de la imagen».
«Se está construyendo un monstruo que los va a devorar a ustedes también», disparó el senador kirchnerista en alusión a sus pares del oficialismo, y remarcó que, «cuando los magistrados exceden las funciones que les corresponden, no hay garantías no sólo para los políticos sino para ningún ciudadano».
Un ofuscado Pichetto volvió a pedir el micrófono para aseverar que no le «molesta» que se «ejerza el derecho a defenderse» pero cuestionó que «no se cumplan las reglas y se incurra a la estupidez de abrir un tema cuando está reunión tenía como objetivo elegir a las autoridades».
«Cuando tengamos que discutir ese tema hablaremos a fondo. Vamos a analizar también la responsabilidad de los senadores que votamos un acuerdo internacional y la responsabilidad del Congreso. No le vamos a rehuir al debate pero hoy se trata de aprovechar alguna coyuntura para tener un título en el diario», se quejó.
Acto seguido, el jefe del interbloque del peronismo en el Senado soltó el micrófono, se levantó de su asiento y dejó el salón «Arturo Illia» del Senado, visiblemente enojado.
Fuentes del PJ explicaron luego que se molestó porque el oficialismo había planteado el tratamiento del tema pese a que había un acuerdo para tratar la cuestión en la próxima reunión de la comisión.
El jefe del interbloque de Cambiemos, Luis Naidenoff, justificó el pedido al considerar que los senadores «deben rendir cuentas a la propia sociedad» y explicó que si la comisión no puede tratar el tema «quedará habilitado el pleno para su tratamiento».
Angel Rozas, el jefe de los senadores de la UCR, advirtió por su parte que «hay obviedades que no se pueden negar desde el punto de vista político y desde que entró el pedido de desafuero creo que la sociedad se pregunta qué vamos a hacer».
El presidente de la comisión, el peronista Dalmacio Vera, escoltado por la vicepresidenta, la senadora del PRO, Laura Rodríguez Machado, cerró el encuentro al término de las exposiciones y fijó todos los miércoles a las 10 como el día de reunión de la comisión.