El sector enfrenta una suba del 40% en los costos de producción, una caída del 20% en las ventas y el avance del comercio clandestino, debido al cierre de muchas panaderías que siguen operando con las persianas bajas.
«Ahora, el precio promedio del kilo de pan es de 40 pesos, pero tenemos que llevarlo si o sí a un nivel más cercano a los 50 pesos. La situación es caótica. La industria panaderil está en pie de guerra, en asamblea permanente, con la intención de dejar de pagar impuestos», dijo Emilio Majori, presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires.
«No hay controles. Cualquiera hace cualquier pan en cualquier lugar, en un galpón o en un comercio sin declarar la actividad. Es competencia desleal. Analizamos hacer un lockuot para llamar la atención de las autoridades», aseguró Majori.
El dirigente le pidió a la secretaría de Comercio, que conduce Miguel Braun, que «haga algo» para frenar «el avance clandestino» porque para las panaderías «es imposible competir contra esos costos».
«Nosotros pagamos impuestos muy altos y mano de obra bien retribuida. El consumo se nos cae y hace un año que no aumentamos los precios. Así no podemos seguir. ¿Tenemos que pasarnos todos a la clandestinidad y no pagar más impuestos», expresó Majori.
En ese escenario, el dirigente panaderil bonaerense dijo que las panaderías de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires tendrán que aumentar desde el próximo lunes un 15% el precio del kilo de pan, que se ubicará entre los 46 y los 50 pesos.