En el recinto del Senado no pasaron inadvertidos los detalles y, sobre todo, las imágenes de la represión en Jujuy a diputados, concejales, legisladores porteños y dirigentes sociales y políticos que habían llegado a la provincia para expresar su solidaridad con Milagro Sala.
Una decena de legisladoras del FPV comenzó a denunciar la violencia a través de cuestiones de privilegio. La vicepresidenta, Gabriela Michetti, intentó sin éxito impedir que se expresaran las legisladoras.
Finalizado el tratamiento de la nueva ley de impuesto a las ganancias o a los ingresos, como quiere el gobierno nacional denominar la norma, la senadora por Jujuy, Liliana Fellner pidió la palabra para presentar una cuestión de privilegio.
Michetti, sin saber de qué se trataba, le dio la palabra. Cuando la jujeña relató de manera somera lo que ocurría en su provincia el rostro de la vicepresidenta comenzó a modificarse. Están reprimiendo, dijo Fellner.
Quiso la casualidad que varias de las senadoras y senadores del FPV tuvieran en sus bancas pancartas que llevaban el rostro de Milagro Sala y la consigna por una navidad sin presos políticos.
A partir de los dichos de Fellner varias senadoras comenzaron a pedir la palabra. Lo hicieron la mendocina Anabel Fernández Sagasti, la santafecina María de los Ángeles Sacnun, Inés Pilatti de Vergara (Chaco) y Virginia García (Santa Cruz), entre otras.
A todas y cada una la vicepresidenta intentó impedir que argumenten sus pedidos. Por caso, García continuó hablando a pesar de que Michetti la interrumpía. Cuando la vicepresidenta hizo silencio se pudo escuchar a García afirmar que ustedes, el gobierno nacional habla mucho de federalismo pero mira a la Patagonia con la nuca y al norte con la represión.
Por momentos pareció que Michetti perdía el control de la sesión. Su rostro relajado tras la aprobación de ganancias mutó en ceño fruncido y mirada un tanto perdida.
Para su suerte, la salvó la senadora radical de Jujuy, Silvia Giacoppo, quien acusó a los reprimidos de ser responsables de lo sucedido y, sin sonrojarse, reivindicó el gobierno de Gerardo Morales al sostener que tuvo la valentía para imponer la paz en su provincia.
Una frase que se daba de bruces con la foto de un policía jujeño tomando del cuello a la diputada del FPV, Mayra Mendoza. Sin duda una imagen que brindaba una terrorífica similitud con aquellas del 19 y 20 de diciembre de hace 15 años cuando gobernaba la Alianza y Morales era funcionario