Con el foco puesto en los barrios populares, el presidente lo hizo de nuevo. A pesar de las presiones de sectores empresariales y mediáticos que salieron a pedir el cese de la cuarentena en medio del aumento de casos de coronavirus, Alberto Fernández volvió a priorizar la opinión del comité de expertos que propuso extender el aislamiento social durante dos semanas más. La medida cuenta con el consenso de todos los gobernadores. En especial de Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, quienes repitieron el acompañamiento a Fernández durante el anuncio en el que se estableció que el AMBA, la zona más crítica de país, seguirá como hasta ahora. También fue central la presencia del ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, en Olivos antes de la presentación del presidente con la prensa, ya que la apuesta de control de la pandemia en el territorio está puesta en el plan Detectar y en el aumento de los controles en el transporte público.
La ofensiva contra la medida sanitaria que se desató esta semana en los medios chocó con la declaración de la OMS que señaló que “Sudamérica se convirtió en un nuevo epicentro de la enfermedad”. La particularidad de la región, a diferencia de Europa, es la cantidad de bolsones de pobreza ubicados dentro y alrededor de las grandes ciudades. Es por eso que el gobierno implementó el plan Detectar (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina). Es la estrategia lanzada por el Ministerio de Salud de la Nación para buscar de manera activa a la persona enferma o portadora de Covid-19 en barrios populares, a los efectos de evitar un nuevo brote. Asimismo, este programa establece una serie de normas de convivencia y circulación dentro de estos barrios.
Después de una semana tensa en la que la Ciudad aportó en promedio más de la mitad de los casos diarios al informe sanitario que elabora el Ministerio de Salud, las intenciones aperturistas de Larreta quedaron enterradas. El incremento de casos se produjo en las villas porteñas, tal como lo advirtieron las organizaciones barriales, que fueron recibidas por el presidente y luego por el jefe de Gobierno porteño. Es por eso que el Ejecutivo nacional incrementará su presencia en el territorio a partir del Detectar, que busca posibles infectados en zonas críticas. A su vez se acordó que una vez identificada la persona con Covid-19 se la trasladará a un centro de salud y se aislará a sus contactos estrechos en establecimientos fuera del barrio. El gobierno anunció que pondrá a disposición un hospital con 700 camas cerca del Barrio Mujica, donde estallaron los casos.
El AMBA seguirá en fase 3, tal como lo acordó Fernández con el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Los mandatarios de ambos lados de la General Paz llegaron a un acuerdo el jueves, tras la reunión de sus equipos técnicos, que permitió destrabar el conflicto que había escalado de manera solapada. Es que Kicillof no quería que los bonaerenses se vieran obligados a ir a trabajar a comercios de la Ciudad, el distrito con más casos de todo el país. El acuerdo estableció que sólo los trabajadores esenciales pueden usar el transporte público interjurisdiccional. El resto deberá tener garantizado el traslado por parte del empleador y, si no, no estará obligado a ir a trabajar.
Rodríguez Larreta habilitó la apertura de comercios como librerías y jugueterías. Sin embargo, y más allá de las presiones del sector, no habilitó la construcción privada, apenas las excavaciones. Si bien aumentó la actividad comercial porteña, desde el Ministerio de Transporte aseguraron que estas dos últimas semanas, tras las habilitaciones, no hubo un gran aumento en los pasajeros. Sí permanecieron los porcentajes que preocupan al gobernador bonaerense. Según las mediciones de uso de la SUBE, un 68% de los pasajeros viaja dentro del Gran Buenos Aires, un 19% lo está haciendo dentro de la Ciudad, un 11%, desde la Provincia hacia la Ciudad y un 2 % desde CABA hacia PBA.
Por lo pronto, los controles en los trenes se incrementarán para lograr que sólo viajen los trabajadores esenciales y hasta se evaluó cerrar algunas terminales de trenes para incentivar el uso del colectivo.
El resto del país, en especial las regiones con pocos casos, seguirá en la fase 4, donde están habilitadas actividades productivas y la circulación de personas en el espacio público es mayor. La provincia de Chaco, la ciudad de Córdoba y algunas ciudades bonaerenses regresaron a la fase 3. Es por eso que el presidente se reunió de manera virtual el sábado a la tarde con Rodríguez Larreta; Kicillof; el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti; el de Chaco, Jorge Capitanich; y la de Río Negro, Arabela Carreras.
Alberto Fernández expuso los resultados de la cuarentena, comparó números y brindó un detallado informe de las acciones de gobierno para capear las consecuencias negativas en términos económicos. Luego anunció lo que ya se había adelantado, la continuidad del aislamiento social, pero con una estrategia focalizada en los barrios populares, lugares atravesados por la falta de servicios y el hacinamiento. Es un paisaje distinto al europeo, donde la cuarentena fue la misma para todos. En las villas porteñas y los barrios del Conurbano serán el Ministerio de Salud y el de Desarrollo los que trabajarán de manera focalizada para identificar casos, darles destino en el sistema de salud y cuidar al resto de los vecinos.
Al cierre de esta edición habían sido confirmados 704 nuevos casos de Covid-19. Con estos registros, sumaban 11.353 positivos en el país. La Provincia de Buenos Aires sumó 289 (con un total de 3864) y la Ciudad 400 (con un total de 5006). En esta nueva etapa que comienza, el Estado nacional, de la Ciudad y de la Provincia focalizarán sus políticas en los barrios más pobres de la Argentina. Y luego, tras otras dos semanas, se evaluarán los resultados.