Para discutir imagen, marketing hay otro lugar. Para que la política exista hay que volver a discutir los temas de fondo, aunque a muchos no le guste, aseguró el presidente de la Auditoría General de la Nación, Oscar Lamberto, quien a la vez enfatizó que hay que volver a ser políticamente incorrecto para cambiar la estructura del país. Al referirse al panorama actual de la política argentina, Lamberto señaló que en este modelo tal cual está, no hay contención para la gente y si un modelo no contiene a la gente tarde o temprano estalla. No hay posibilidad de que la gente viva mal todo el tiempo.
El titular de la AGN efectuó estas declaraciones en la presentación del tercer número de la revista MOVIMIENTO 21, que dirige el secretario general de la Asociación del Personal de Organismo de Control (APOC), Hugo Quintana. Estuvieron presentes la diputada nacional Carla Pitiot, Miguel Angel Toma, Eduardo Rollano, Rodolfo Barra, Enrique Rodriguez, Oscar Muiño, Eduardo Mondino, Héctor Rodriguez, Alicia Pierini, Pablo Challu y Rafael Flores, entre otros.
Lamberto también sostuvo que hay mucho uso de redes sociales, muchos discursos, pero a la hora de tocar los cambios materiales es muy poco lo que se avanza para mejorar la situación del país con hechos concretos. Advirtió también que si no encontramos una matriz productiva que sea capaz de generar empleo, seguramente seguirán los políticos insustanciales diciendo seamos todos felices, vendrán años mejores, pero eso no cambia la estructura de un país.
En la presentación expusieron el auditor general Jesús Rodriguez, el ex presidente del banco Provincia Ricardo Gutiérrez y el diputado con mandato cumplido y ex embajador en Italia Humberto Roggero. En el tercer número de la revista Movimiento 21 se aborda desde distintas perspectivas el cambio tecnológico y la justicia social en el marco de un proyecto nacional de desarrollo.
Por su parte, el director de la revista, Hugo Quintana, sostuvo que ve al país como representado en un acto como una obra del dramaturgo argentino Alberto Vacarezza que bien podría ser El Conventillo de la Paloma, por un lado un señor tirando bolsos con nueve millones de dólares en un conventillo trucho y por el otro un proyecto político encabezado por el Ingeniero Macri que cuesta creer que pone hincapié en el hombre y no en los mensajes del establishment. Asimismo, planteó que Argentina no discute temas como el narcotráfico y narcoestado y que de la solución de esas problemáticas dependen las futuras generaciones.
Seguimos cometiendo los mismos errores que hemos criticado al kirchnerismo. Los gendarmes al suburbio y las fronteras coladores, advirtió Quintana. Al referirse al peronismo, dijo que ve un peronismo destrozado, sin rumbos y con tribus dispersas sin ningún elemento catalizador para hacer de Argentina el país que siempre soñamos. Y aseveró: «Tenemos que lograr que el gobierno ponga los grandes temas de los argentinos en la agenda. Debemos forzar a cambiar la agenda. La agenda de la política debe ser la política, no una agenda de twitter».
Por su parte, el diputado mandato cumplido Humberto Roggero, dijo que en una agenda política estratégica de Argentina debería comenzar a discutirse la sustitución de mano de obra por tecnología, al referirse al avance de la tecnología. «El 50% de los chicos que ingresan al colegio hoy van a salir con relaciones laborales absolutamente distintas. El 50% del trabajo conocido va a desaparecer o está desapareciendo y vendrán nuevas que nadie sabe cómo hay que prepararse».
En tanto, a tu turno, Ricardo Gutiérrez sostuvo que la administración pública debe ser la principal herramienta para definir una política de estado, pero consideró que en este momento hay una gerencia pública que prácticamente no cree en el sector público. Agregó que no hemos sido capaces de generar ni una estrategia nacional de desarrollo ni ponernos de acuerdo en una política de estado.
Por su parte, Jesús Rodriguez advirtió que hubo una extraordinaria oportunidad desaprovechada para que el país avanzara, pero se mostró optimista al asegurar que si el país quiere recuperarse y dar una vuelta de página requiere acuerdos políticos sustantivos en temas concretos.