La fractura del frente Cambiemos en la provincia de Córdoba quedó definitivamente formalizada. El diputado nacional Mario Negri, que aspiraba a ser el candidato a gobernador por la alianza oficialista, impuesto por la Casa Rosada, tuvo que resignarse a inscribir un frente que intenta parecerse lo más posible al sello gobernante. “Córdoba Cambia”, se llama la nueva alianza, en el que Negri estará acompañado por el macrista Héctor «la Coneja” Baldassi, también diputado nacional, y por el ex embajador en Ecuador, Luis Juez. Los colores de la agrupación son iguales a los de Cambiemos.
Esta presentación es el epilogo de la interna, sobre todo radical, que se dio en la provincia mediterránea, cuando el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre, hijo del histórico caudillo del radicalismo cordobés, no aceptó que el postulante para competir con el gobernador Juan Schiaretti lo impusiera el dedo del presidente Mauricio Macri, que impulsaba la fórmula Negri-Baldassi.
Mestre, que controla el aparato radical provincial, propuso internas abiertas -en Córdoba no hay PASO-, y su oponente interno no las aceptó porque sostuvo, con algunos motivos atendibles, otros no tanto, que no había “garantía de transparencia” para la elección. Todo terminó en fractura y la provincia que llevó a Macri a la presidencia tiene a la coalición oficial partida en dos.
“En el día de hoy presentamos ante la Justicia Electoral provincial el frente Córdoba Cambia. Tengo el honor y la enorme responsabilidad de encabezar junto a Héctor Baldassi la fórmula para la gobernación”, escribió Negri en un comunicado.
Luego agregó: “Estamos convencidos de que 20 años de peronismo significan para todos los cordobeses un ciclo cumplido, por más que haya modificaciones en los eslóganes y marcas electorales cuando faltan dos meses para ir a las urnas. En dos décadas, los cordobeses hemos sido gobernados solamente por dos personas, por cuatro manos han pasado todas las decisiones más relevantes de nuestra vida diaria e institucional. Creemos que la alternancia no sólo es aconsejable sino que es uno de los pilares de una democracia sana”.