La apuesta de Cambiemos para capitalizar la situación en Formosa parece haber llegado a su techo por dos factores inesperados. Uno se originó en las entrañas de la coalición opositora. Fue a partir de un error no forzado. El otro surge a partir de una decisión del Gobierno que desnudó la soledad del sector de Juntos por el Cambio que quiere profundizar su intervención en esa provincia.
La minicrisis que atraviesa el alcalde Horacio Rodríguez Larreta ante las fallas del plan de vacunación para personas mayores de 80 años corrió a Formosa del centro de la escena. Las escenas protagonizadas por adultos mayores amontonados en los centros de vacunación, sin el distanciamiento sanitario, trasladó el foco al único distrito que gobierna el macrismo.
El segundo hecho que comenzó a torcer el derrotero de la controversia formoseña es el pedido que le hizo el presidente Alberto Fernández al gobernador Gildo Insfrán. Le planteó que la cuarentena estricta perjudica a la coalición oficialista y que no hay margen para tolerar nuevas acusaciones de violaciones a los derechos humanos cometidas por la policía provincial.
Esa combinación comenzó a desinflar el empeño que invirtieron los diputados del «ala dura» del PRO, con el apoyo de un sector de la Coalición Cívica y de la UCR, para que la situación formoseña tomara estado público. El clímax de esa decisión política se concretó este domingo con la segunda visita de un grupo de diputadas y diputados a Formosa, con el diputado macrista Waldo Wolff al frente de la comitiva. En esta oportunidad, además del radical Ricardo Buryaille y de Mónica del Frade (CC), viajó la jefa del PRO, Patricia Bullrich, para capitalizar una movilización que fue amplificada por algunos medios porteños, pero cuya poca adhesión generó zozobra hasta en los socios de la coalición opositora.
Tres días después de esa puesta en escena formoseña, el mismo sector coronó su intervención con un pedido de interpelación al ministro del Interior, Eduardo De Pedro y al secretario de derechos humanos Horacio Pietragalla.
Ante la consulta de Tiempo, en el bloque del PRO aclararon que los pedidos de interpelación corren por cuenta del grupo que los firmó pero que no tienen el aval de todo el interbloque. Es decir de la mayoría de sus integrantes que no coinciden con la apuesta de Wolff y Bullrich de poner a Formosa como una réplica de la situación en Venezuela.
«Queremos que el jefe de Gabinete (Santiago Cafiero) venga al Congreso regularmente como establece la Constitución. Que conteste sobre Formosa, pero la interpelación no es una decisión de todo el interbloque», sostuvieron desde el macrismo.