Aunque con vicisitudes, desde inicio de siglo el peronismo moderno se concentra, en mayor medida, en el sector comandado por Cristina Fernández y, antes, por su marido y expresidente, Néstor Kirchner. Sin embargo, dentro de la heterogeneidad del movimiento, existen dos variantes que, a pesar de la cercanía, no encuentran puntos en común.
Desde Córdoba, el peronismo sintetizado en Juan Schiaretti se presenta como una variante “pura” del espacio fundado a mediados de la década de 1940. Presentado por primera vez en 2019 -en aquella elección con la presencia de Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa como sus aliados- y con una fuerte impronta federal, Hacemos por Nuestro País se posiciona como un espacio antigrieta y lejos de la polarización que, según sus propios representantes indican, colabora con la “decadencia” del país.
Con aliados como Florencio Randazzo, quien lo acompaña como precandidato a vicepresidente; la exsenadora Hilda “Chiche” Duhalde, el lavagnista Alejandro ‘Topo’ Rodríguez; el extitular de ANSES, Diego Bossio y el diputado cordobés Carlos Gutiérrez, Schiaretti construyó un armado para enamorar por igual al peronismo no-kirchnerista y a la sociedad golpeada por las últimas dos gestiones presidenciales.
Sin dejar de lado la bandera del justicialismo, el schiarettismo mantiene una fuerte agenda ligada al sector productivo del país, al que le promete una baja progresiva y posterior eliminación de impuestos y retenciones para “dejar de ponerle el pie en la cabeza al agro”. En la misma línea, el gobernador de Córdoba propone equilibrio fiscal, nuevos incentivos para las inversiones nacionales e internacionales, «prudencia y disciplina” en la emisión monetaria y recomposición de reservas del Banco Central.
Por la cercanía con su provincia, Schiaretti mantiene un estrecho vínculo con el peronismo y los sectores populares de Santa Fe. En particular, esta elección logró un nuevo acuerdo con el socialismo santafesino comandado por la diputada Mónica Fein, legítima heredera del poder del ex gobernador, Miguel Lifchitz, quien también supo tener una cercana relación con el cordobés.
Esta alianza, además de garantizar presencia en la tercera provincia con mayor índice electoral, le permite a Schiaretti la retención de gran parte del porcentaje del apoyo que recibió de la tercera candidata más votada en las PASO santafesinas de Juntos por el Cambio. El mismo esquema se repetirá en Mendoza, Tierra del Fuego y otras provincias donde el gobernador logró gestar alianzas fructíferas.
A pesar de no tener un gran músculo a nivel nacional, Schiaretti descansa en Córdoba para alcanzar el deseado 1,5% de los votos necesarios para pasar a las elecciones generales. Con una imagen fuertemente favorecida por la gestión, el gobernador espera que su provincia le devuelva el favor y, desde el círculo del cordobés auguran que será el precandidato más votado en su bastión, lo que le dará un as en la disputa nacional del resto de los espacios.
Tal como contó Tiempo, la estrategia del gobernador para disputar a Juntos por el Cambio su ya famoso “kilómetro cero” es apostar por el acérrimo antikirchnerismo de su provincia, pero sin dejar de lado su discurso anti grieta, expresión bien recibida en el centro del país.
La doctrina de Perón
El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, volverá a presentarse como candidato presidencial en estas elecciones. Con su espacio Principios y Valores, el economista propone volver a construir una nueva “década ganada”, en donde el campo popular sea liderado por quien mantiene la “doctrina de Perón”.
Entre sus principales propuestas se encuentran la cancelación total de la deuda con el FMI mediante el cobro de impuestos a los integrantes de la Sociedad Rural, la reducción de las retenciones mediante la implementación de una ley de arrendamientos que permita bajar el monto de alquiler de los campos, y combatir el narcotráfico desde Nordelta.
Su candidato más resonante es el aspirante a la legislación, Alejandro Kim. Con ascendencia coreana y de origen peronista, el abogado se convirtió en furor en redes sociales y un referente del sector migrante, parte fundamental de la cultura de la ciudad de Buenos Aires. Si bien no está claro si el espacio logrará atravesar las PASO, sus votos serán igualmente importantes a la hora de disputar un eventual balotaje entre el peronismo de Unión por la Patria y la oposición. «