Después de una campaña intensa, en donde primaron las recorridas y las apariciones en medios de todo tipo, Leandro Santoro se encamina a cerrar su campaña el próximo 18 de octubre en el mítico estadio Luna Park. Decidido a entrar al balotaje, el candidato a jefe de Gobierno porteño mantendrá activa hasta último momento la estrategia de llamar a todos aquellos radicales e independientes que no comulguen con la idea de una ciudad comandada por Jorge Macri.
Además de tener su pasado alfonsinista bajo el brazo, el diputado del oficialismo nacional sabe de la disputa irreconciliable que Martín Lousteau mantiene con el primo del expresidente. Según pudo reconstruir este medio, a inicios de esta semana se llevó a cabo una cena con importantes figuras del radicalismo porteño en donde el senador se despachó contra su exrival electoral. Tal como contó Tiempo, el dirigente del PRO y el líder de Evolución no logran encontrar puntos de encuentro después de la intensa disputa que mantuvieron durante la campaña de las PASO lo que les impide avanzar en un armado equilibrado del futuro gabinete porteño.
Si bien no existe un voto institucionalizado del radicalismo, puesto que ninguno de los dirigentes porteños del espacio habló públicamente sobre las numerosas versiones respecto a las posibles alianzas que se podrían gestar con el PJ, el ala porteña de Unión por la Patria espera que la sed de venganza de los boinas blancas y las coincidencias sobre el cuidado de los acuerdos democráticos y la defensa de la salud y educación pública funcionen como puente para sus votantes y estos apoyen la fórmula Santoro-Bárbara Rossen.
De conseguirse esto, el último paso para que el ex Frente de Todos pueda extender la ilusión hasta noviembre es que se concrete una leve pero sustancial crecida del candidato de La Libertad Avanza, Ramiro Marra, quien en las Primarias se llevó un modesto 13% de votos. Desde el comando de campaña de Santoro hacen una cuenta sencilla. Si el liberal, quien comparte base de votantes con el exintendente de Vicente López, concreta la quita y sube de tres a cinco puntos, el balotaje entre JxC y UP en la ciudad es un hecho.
Quienes comandan la campaña de Santoro están confiados de que el candidato entrará a la segunda vuelta. La incertidumbre, sin embargo, se genera con cuánto porcentaje lo hará, puesto que de este depende el índice de bancas que podrá renovar en la Legislatura de las once que tiene en juego. Más del 30% es lo deseado para poder retener diez sillas, pero todavía nadie se atreve a caer en la futurología.