La interna de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires transitará sus próximas semanas entre la experimentación de sus precandidatos y una coincidencia unánime: lograr que el domingo 12 de septiembre participe la mayor cantidad de sus votantes. Con ese mensaje, Mauricio Macri se mostrará este domingo en el partido bonaerense de Tres de Febrero para respaldar al ex vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, que encabeza la lista de precandidatos a diputados nacionales del PRO. Será la segunda escena electoral que protagonizará el expresidente, luego de mostrarse el viernes en la Capital con la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, para auxiliarla con su postulación porteña. La foto que compartirá con Santilli posiblemente sea la única que compartirá con Macri en las próximas semanas, porque la presencia del exmandatario en la Provincia aporta señales de unidad pero no suma votos.
El fugaz desembarco bonaerense de Macri no preocupa al radicalismo, que mueve toda su estructura partidaria detrás del médico neurólogo Facundo Manes. El nuevo producto electoral de la UCR para disputar el liderazgo provincial de JxC parece haberse desacelerado en comparación con el arranque que protagonizó hace un mes. Puertas adentro del partido lo niegan. Hablan de la hiperactividad del precandidato y sostienen que su inclusión es «todo ganancia». Le adjudican tres ventajas. Permite alambrar el voto propio, seducir a los indecisos y capitalizar a los descontentos que dejó Vidal por su salto a la Ciudad.
La tentación estratégica de Manes apunta a empardar, perder por poco o ganarle a Santilli. Con cualquiera de las tres posibilidades se entusiasma el radicalismo bonaerense para proyectar a nivel nacional el resultado de Manes como una victoria sobre los planes electorales del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, el garante, junto con la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, de los cambios de domicilio de Vidal y de Santilli.
Por el contrario, cerca del ex vicejefe porteño pronostican una victoria sobre Manes. Santilli experimenta un repentino cambio de domicilio que, a diferencia de Vidal, no cosechó rechazos terminantes como le sucede a la exgobernadora en su regreso capitalino. Los colaboradores del ex vicealcalde estiman que se impondrá por una diferencia de seis puntos y que ambos llegan, según sus propias encuestas, al 35% del electorado. Sostienen que en las generales del 14 de noviembre pueden alcanzar más votos que en 2019 y se entusiasman con un 42%, es decir, tres puntos más que los alcanzados en 2019, cuando Vidal perdió en la pelea por su reelección.
Esa acumulación alimenta los sueños húmedos de la alianza opositora de imponerse en Provincia al Frente de Todos, aunque el objetivo estratégico es obtener el mejor «segundo lugar». En el equipo del «Colo» aportan indicios para sostener esa premisa: aseguran que tiene un 60% de conocimiento y que su agenda ya exhibió el respaldo de todos los intendentes que tiene el macrismo en la Provincia.
Sobre esa plataforma Santilli continuará su agenda proselitista, pero no participará del debate que propuso la precandidata del Frente de Todos Victoria Tolosa Paz. El ex vicejefe no aceptará y considera que Manes «pisó el palito» de ser funcional al kirchnerismo a cambio de diferenciarse. «Facundo es radical, no es del PRO y es claramente opositor al kirchnerismo, pero quiere discutir las ideas para adentro. Tenemos que debatir entre nosotros, porque vamos a tener que estar juntos a partir del 12 de septiembre y representar nuestras ideas mutuamente», explicaron a Tiempo cerca de Manes.
Pero Santilli no coincide. Considera que esa decisión es funcional al oficialismo y puede exhibir diferencias antes de las PASO que serán aprovechadas por el gobierno en el camino a las generales. Aun así, busca mostrarse moderado, no responde las críticas de Manes y solo adopta un discurso duro cuando habla sobre inseguridad, con la batería de propuestas del punitivismo clásico del PRO: aumento de penas por delitos graves, frenar excarcelaciones y enviar a la calle a los 15 mil policías provinciales que hacen tareas administrativas.
En el PRO quieren evitar cualquier confrontación con Manes, pero el candidato radical no deja de deslizar sospechas de juego sucio. Cuando lanzó su precandidatura dijo que esperaba que los fondos de los porteños no se usen en la campaña bonaerense de Santilli. El mensaje cayó muy mal en el PRO, pero la bronca no pasó de las advertencias. Ahora Manes acusó al intendente de La Plata, Julio Garro, de haber promovido el corte de su rostro de unos cien carteles proselitistas en la ciudad que gobierna el macrismo. Santilli elude esos cruces y se enfoca en comunicar sus propuestas.
La mayor sombra para ambas listas gira en torno de la posibilidad de una baja participación del electorado por el impacto de la pandemia o el nivel de apatía que se registra en esta campaña. «Menos votantes en estas elecciones es una ventaja para los oficialismos», razonó un escudero del larretismo bonaerense.
Así como este domingo se mostrará con Macri, Santilli seguirá la campaña acompañado por Rodríguez Larreta y Elisa Carrió en algunas locaciones especiales. Esta semana su road show continuará por Junín, Tandil, Olavarría y regresará a Bahía Blanca y Mar del Plata, donde estuvo la semana pasada concentrado en hablar de inseguridad y una batería de propuestas para diferenciarse de Manes, empeñado en vender la idea de «la revolución del conocimiento».
El médico, ahora embanderado bajo la marca del radicalismo, continuará con un recorrido de «tres distritos por día», pero tiene el foco puesto en el Conurbano, con una llegada a los sectores populares muy escasa, aunque su equipo resalta que «estuvo en La Matanza y fue muy bien recibido». La frase, con matices, también se puede escuchar cerca de Santilli sobre sus recorridas en los bastiones del peronismo. Para los próximos días Manes también pasará por Junín y continuará hacia Chivilcoy, luego de cerrar una semana en la que se mostró en Olavarría, Azul, Mar del Plata, Pilar, San Fernando y Escobar.