Santiago Cafiero está en el aeropuerto internacional de Incheon, en Seúl, la capital de Corea del Sur. Es jueves por la noche en Buenos Aires. En esa latitud de Asia es el mediodía y el canciller está a un paso de regresar a la Argentina, con una diferencia horaria de 12 horas a cuestas. A un paso de subirse al vuelo de regreso, dialogó con Tiempo. Para este mes lo aguardan cuatro viajes con el presidente Alberto Fernández. Serán los ultimos de su gestión y se concretarán luego de la invitación que recibió Argentina, junto a otros cinco países, para formar parte de los BRICS. «Nadie abandonó el G20 porque un país invadió a otro, ni nadie se va de Naciones Unidas por esa razón», dijo el ministro para rebatir a la candidata presidencial de JxC, Patricia Bullrich. Así como Javier Milei aseguró el fin de Mercosur y la ruptura con China porque «no negocia con países comunistas», Bullrich arengó que si llega a la Rosada sacará al país de bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
«Tanto Milei como Bullrich están buscando hacer en política exterior lo mismo que hicieron (Mauricio Macri y (Jair) Bolsonaro: alinearse con la partitura (del expresidente norteamericano Donald) Trump». «Lo de Melconian con Bullrich me hizo acordar a lo que hizo Bolsonaro con su entonces ministro Paulo Guedes», comparó, en clave electoral, sin sacarse el traje de candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. El viaje comenzó en Japón e incluyó una reunión bilateral con el primer ministro Fumio Kishida.
– ¿Por qué lo recibió el primer ministro de Japón cuando sólo podría haber sido con su par canciller?
– Tenemos una relación de 125 años con Japón y de más de un siglo con Corea. Con Japón queremos llevar la relación al nivel de una asociación estratégica global y eso implica tener cierta coordinación entre ambos países. Nos complementamos con el tratado de no proliferación de armas nucleares donde tenemos un rol muy destacado, ambos países participamos del G20. Compartimos agendas similares y estamos explorando avanzar en la relación comercial.
-Hay un déficit comercial importante. ¿Qué chances hay para revertirlo?
– Buscamos diversificar la oferta exportable. Es la tercera economía del mundo que actualmente preside el G7 y comprometieron inversiones en energía y minería. La exportación de litio aumentó un 148% en 6 meses y en el encuentro con Kishida acordamos profundizar el comercio y las inversiones en agroindustria, energía y minería.
– Sucedió justo en una semana donde el gobierno japonés anunció la liberación al océano de las aguas que utilizó para controlar la crisis de la central nuclear de Fukushima. ¿Hablaron de ese tema?
– No fue parte de las conversaciones. Acá ha tenido mucha repercusión en la prensa, pero sabemos que han seguido los procedimientos que le plantearon en la Organización Internacional de Energía Atómica (presidida por el argentino Rafael Grossi).
– ¿Los coreanos también se concentraron en el litio?
– Con Corea tenemos un superávit comercial y en este viaje terminamos de destrabar el ingreso de carne aviar al mercado coreano. Esto implica abrir un mercado con buenas expectativas, pero también avanzamos en biotecnología. En Corea hubo un brote de fiebre aftosa en mayo y fue sofocado con la vacuna argentina cuando los demás intentos no les estaban dando resultados. Les mandamos 70 millones de dosis y se frenó el brote de aftosa. También visité la sede de la empresa POSCO Corea, que tiene inversiones para la extracción y procesamiento del litio en Salta y Catamarca. Van a generar 500 empleos para la construcción y 500 para la operación de las plantas.
– Este mes hay una serie de encuentros internacionales. Argentina participará como próximo integrante de los BRICS. ¿Cómo serán las últimas visitas al exterior de esta gestión?
– Estamos con poco tiempo para cada punto de la agenda, pero estaremos en cada uno. El nueve vamos a llegar a Nueva Delhi para participar de la cumbre del G20. Tenemos diferentes encuentros presidenciales y nos vamos a ir rápido para llegar a Chile, el 11, y participar de la ceremonia oficial por los 50 años del golpe militar contra el gobierno constitucional de Salvador Allende. La semana siguiente participaremos de la cumbre del G77+China, que se realizará en La Habana, Cuba.
– ¿Qué reuniones bilaterales tienen previstas?
– En Nueva Delhi (India) el presidente se reunirá con el primer ministro indio, Narendra Modi y con Mohammad bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita. En La Habana tendremos una bilateral con el presidente cubano Miguel Díaz Canel y es posible que en ambos países haya encuentros con el presidente brasileño Luiz Inácio «Lula» Da Silva y con su par chino Xi Jinping. Después viajamos para participar de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
-Queda un posible viaje a China en octubre, poco antes de las elecciones. ¿Sigue en pie?
– Cuando terminemos de pasar de septiembre, el presidente va a decidir si va. Ya recibimos la invitación.
– Luego del resultado de las PASO y que Javier Milei fuera el más votado, ¿cuál es para usted la conexión con el ascenso de la ultraderecha en otros países y los frenos que a veces encuentran?
– Hay una crisis de las democracias liberales. Esa crisis también tiene que ver con la cantidad de mecanismos que se llevan adelante para entorpecer el comercio y beneficiar a una región sobre otra. Eso enoja mucho a la población y genera estos referentes antisistema. Vemos que así como el Brexit tuvo su correlato antisistémico en Inglaterra y no fue tan brutal, está el emergente de Vox en España y Bolsonaro en Brasil. Los (Antonio) Kats en Chile, los Cubas en Paraguay. Todos terminan siendo emergentes de parte de una sociedad que ve que sus demandas no se satisfacen. En Argentina sucedió lo mismo.
– ¿Ve alguna diferencia?
– Creímos estar inmunizados, que los 40 años de democracia nos inmunizaban de esta derecha antidemocrática que viene a discutir una era previa a 1945, es decir, que viene a discutir la era del preperonismo. Sin embargo, habrá que dar el debate y deberemos explicar los avances que hemos tenido. Ése es el desafío.
– ¿Cómo puede recuperar competitividad el oficialismo?
-Hay que dejar la etapa emocional de la elección, que fueron las PASO y pasar a una etapa racional, programática y de contraste. Que se entienda cuáles son los contrastes. La derecha siempre simplifica, pero después hay que entender bien cuál es el impacto que tendrá en la vida cotidiana. Te dicen con soltura que hay que abandonar los subsidios al transporte público, pero cuando explicás lo que van a hacer y las consecuencias, la conclusión es otra. Tiene que ser una campaña de mucho contraste. Hay que dar ese debate político en los barrios, en los espacios populares. Debemos valernos de la discusión y del debate político. Ese es nuestro compromiso, pero sin enojarse con el votante. Hay que desmenuzar el discurso de la derecha.
-Se suman reclamos dentro de Unión por la Patria para que Cristina tenga una mayor presencia en la campaña y otros cuestionan el segundo plano del presidente. ¿Qué opina sobre esos cuestionamientos?
– Creo que tanto Cristina como Alberto han decidido darle toda la centralidad a nuestro candidato que es Sergio Massa. En un tiempo donde se debaten liderazgos, lo que hace Sergio es muy importante y funciona para darle la centralidad y que discuta mano a mano con los otros que están en la boleta. Ni cristina ni Alberto están ajenos, siguen el día a día de cuestiones de gestión y de política. Conducen nuestro espacio, después hay una cuestión táctica de que la centralidad la tiene nuestro candidato.
-¿Está de acuerdo con la decisión de Massa de antagonizar con Javier Milei?
– Bullrich es una copia mala de Milei, pero son lo mismo. Cuando Massa discute con Milei está discutiendo con un programa. Es lo mismo. Es un ajuste impulsado por la derecha que busca avanzar directamente contra los derechos conquistados.
– Usted es candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. El ministro de Seguidad bonaerense, Sergio Berni, dijo que Milei recibió la ayuda de intendentes peronistas y de JxC en las PASO. Sostuvo que le prestaron candidatos y fiscales para cuidarle la boleta. ¿Coincide?
– No existió lo que dice Berni. Habrá habido alguna dinámica en lo local, pero hay que tener en cuenta que el padrón de extranjeros no vota las categorías nacionales. Hay grandes comunidades paraguayas que votan sobre todo en el conurbano. Esos datos cruzados nos sirven para el análisis real, pero además confío en mis compañeros y en su capacidad para afrontar este escenario.
– ¿Y en el interior del país? Milei se impuso en las provincias que tuvieron elecciones desdobladas. ¿Cree que los gobernadores hicieron lo mismo que le adjudican a algunos intendentes del Conurbano?
– Fue una elección y el capítulo nacional tuvo una situación distinta. Hay que salir fuerte con la misma estrategia. Lo que se está debatiendo es la agenda nacional y hay que afrontar ese debate con una campaña de contraste.
– ¿Lo sorprendió la nominación de Carlos Melconián, de la Fundación Mediterránea, como aspirante al Ministerio de Economía si gana Bullrich?
– Me parece que tuvieron que ir a buscar a alguien que les simplifique un mensaje mediático. Es solamente una derivada de la campaña. No me sorprende. Es parte de una mirada sobre el Estado y la política donde ellos ven que las cuentas publicas están para ajustarse y no para llevar la inversión social.
– ¿Registra algún antecedente?
– Sí. Con claridad la escenificación de la llegada de Melconián es muy silmilar a la nominación de Paulo Guedes a la campaña de Bolsonaro. En lo programático y en política exterior decían lo mismo. Que no van a comerciar con China, por ejemplo.
-¿Fue solo una cuestión de campaña?
– Fue una forma de ideologizar la política exterior, pero después fue todo mentira. Hay muchas similitudes en la campaña de Milei, Bullrich y Bolsonaro. Tanto Milei como Bullrich están buscando hacer lo que hicieron Macri y Bolsonaro: alinearse a la partitura de Trump en Estados Unidos e interpretarla en América Latina. Hoy Milei y Bullrich están pujando por esa agenda y viendo quién es el más genuino.
– ¿Cree que por eso Bullrich salió a decir que rechazaría el ingreso de Argentina a los BRICS?
-Nadie abandonó el G20 porque un país invadió a otro, ni nadie se va de Naciones Unidas por esa razón. Los países aprovechan los organismos multilaterales y los ámbitos internacionales. Lo que sucedió acá con Japón y Corea es clarísimo. Japón está en el G7 y en ningún momento me cuestionaron el ingreso a los BRICS. La Argentina busca participar de todos los mecanismos que pueda. En este contexto, hay que entender la dosis de principismo y de pragmatismo que hay que tener en política exterior. Si uno valora el desarrollo con justicia social no puede ser ni excesivamente principista ni excesivamente pragmático.«