“Hoy somos uno de los países en los que más rápido está creciendo en el número de muertos por día y no hay reacción. Nos está pasando el cuento de la rana hervida”, advierte Rodrigo Quiroga, bioinformático e investigador del Conicet. El cuento al que hace alusión plantea que una rana no se da cuenta si es puesta dentro de una olla que va elevando de a poco la temperatura del agua hasta que muere hervida. Mientras que, si fuera arrojada a la olla hirviente, saltaría de inmediato.
“Esto pasó en Brasil a pesar del gobierno, pasó en Chile en junio y en Colombia en julio. La sociedad se asustó y se guardó. Pero nosotros somos el único país donde en el pico de casos y muertes no se toman decisiones fuertes”, añade el doctor en Ciencias Químicas que, por sus acertadas proyecciones, fue convocado al consejo de asesores de la Provincia de Buenos Aires. Y en esta anómala coyuntura, insiste, no solo tiene que ver el gobierno, sino también los medios y los líderes de opinión que “relegaron el tema en la agenda a un cuarto o quinto lugar”.
La semana pasada se llegó a un nuevo pico de casos de coronavirus registrados en 24 horas (17.096) y el número de camas de terapia intensiva ocupadas por pacientes con esta enfermedad se elevó hasta 4346. Las estadísticas muestran que en los últimos dos meses la cantidad de camas críticas ocupadas aumentó dos veces y media. Pero la distribución prácticamente se invirtió. Antes, tres de cada cuatro pacientes estaban internados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Ahora apenas uno de esos cuatro reside en la Capital o el Conurbano. En el centralismo porteño puede explicarse una parte de esta falta de conciencia extendida sobre la situación.
“Lo que queda claro es que fuimos exitosos en contener el virus al principio, y que a partir de julio no lo pudimos hacer más, por falta de voluntad o incapacidad”, plantea Quiroga.
“En las provincias –agrega– está faltando la cuarentena estricta de julio que se hizo en el AMBA y que ayudó a amesetar la curva de contagios. La cantidad de fallecidos es impresionante y sigue sin haber consenso social para implementar medidas fuertes. Si no logramos cambiar eso, vamos a ser de los países con mayor mortalidad en el mundo”. «