El ex presidente Mauricio Macri fracasó en su intento de apartar de una causa judicial derivada del espionaje ilegal durante su gobierno al camarista federal Eduardo Farah, uno de los que denunció presiones por haber firmado en 2018 las excarcelaciones de los empresarios Cristóbal López y Fabián De Sousa.
La Cámara Federal, en un fallo unipersonal firmado por el juez Mariano Llorens, desestimó una apelación de Macri –a través de su abogado Pablo Lanusse- contra Farah por “temor de parcialidad”.
La recusación es poco menos que un reconocimiento tácito de la situación por la que atravesó Farah y su ex colega, hoy jubilado, Jorge Ballestero.
En 2018, cuando ambos concedieron las excarcelaciones a los empresarios del Grupo Indalo, Macri se indignó públicamente y en un programa de TV llegó a decir: “esto no es lo que acordamos”.
Poco después, en un contexto de tensión creciente y presentaciones ante el Consejo de la Magistratura, Ballestero renunció para acogerse a la jubilación y Farah pidió el traslado a un tribunal oral, con lo que ambos dejaron de integrar la Cámara Federal porteña.
Farah acaba de regresar a la Cámara Federal y ahora le toca intervenir como tribunal de alzada en una denuncia que formuló el propio Macri y su secretario privado, Darío Nieto, contra el secuestro y la filtración de datos de los teléfonos celulares en la causa por espionaje ilegal que tramita en Lomas de Zamora.
A raíz de aquel viejo episodio y por las declaraciones de Farah en las que advirtió sobre una supuesta persecución en su contra, Macri cuestionó la eventual falta de imparcialidad.
Pero el camarista Llorens refutó: “No advierto razones objetivas como para cuestionar su imparcialidad en el marco de las presentes actuaciones”.
Los cuestionamientos del ex presidente “no alcanzan para dar sustento al temor de parcialidad subjetivo alegado”, resumió el fallo que confirmó la intervención de Farah en el expediente.