La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se manifestó una vez más a través de sus redes sociales sobre el intento de copamiento de las instituciones en el país gobernado por Luiz Inacio Lula Da Silva. “Repudio sin peros (y memoria) sobre el intento de golpe de Estado en Brasil”, dijo y posteó un elocuente comunicado del PJ Bonaerense, al cual se refirió como un “imperdible análisis de la inoculación del odio, el rol de los medios y su consecuencia inevitable: la violencia política”.

Poco antes, el PJ le había achacado el intento de golpe a adeptos al expresidente Jair Bolsonaro contra el gobierno «legítimo y democrático» de Lula y advirtió que «la región necesita trazar una línea roja respecto de actores políticos incapaces de diferenciar entre lo que está dentro y lo que está fuera del juego democrático».

Lo ocurrido este domingo «comenzó muchos años antes, cuando los grupos de poder brasileños se sirvieron de Bolsonaro para perseguir, humillar y encarcelar a Lula da Silva», añade el documento.

«Creyeron que encarcelando a un dirigente eliminaban la fuerza social que lo acompaña. Se equivocaron. Pero en el medio lograron dañar a la sociedad brasileña: sembrando el odio primero contra un dirigente, luego contra un espacio político y finalmente contra una parte mayoritaria de la sociedad», continúa el escrito.

«Fue clave la participación del Poder Judicial, del establishment económico y, por supuesto, de grandes grupos de medios de comunicación que no fueron meros replicadores de causas judiciales sino que fueron parte activa de esos procesos», sigue el comunicado, en el que argumenta que «grupos mediáticos de nuestro país, que hoy se rasgan las vestiduras por la asonada golpista, entonces formaron parte del coro mediático que pidió el encarcelamiento de Lula».

El espacio que preside el diputado nacional Máximo Kirchner, alerta que: «Lo sabemos porque esta misma Corte Suprema de Justicia de nuestro país recibió con honores al por entonces juez Moro, como un héroe de la lucha contra la corrupción».

«El proceso no resultó gratuito y la sociedad brasileña salió dañada. La irracionalidad y el odio ya forman parte del escenario político brasileño», explica en otro de los tramos el comunicado que argumenta: «Brasil debería funcionar como una forma de ver nuestro futuro si los grupos de poder en la Argentina no comprenden lo que están haciendo. Mismos métodos van a dar mismos resultados. También para nuestros gobiernos de toda la región. Como demuestra Brasil, no alcanza con una victoria electoral para desandar años y años de siembra del odio, del medio, de destrucción de cualquier idea de comunidad».
De esta manera, el comunicado concluye que «hay un solo antídoto y es entender que para sanar hay que ganar las elecciones: pero luego tenemos la misión de gobernar para las mayorías silenciosas con justicia social, soberanía política e independencia económica».