El hasta hoy subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, renunció a su cargo tras hacerse público que no declaró una cuenta de U$S 1,2 millones en Andorra mientras era funcionario del gobierno porteño.
La información surgió a raíz de una investigación del diario El País de Madrid, quien acusó a Díaz Gilligan de ocultar en sus declaraciones juradas la posesión de 1,2 millones de dólares en la Banca Privada de Andorra en 2012, mediante una cuenta que estuvo abierta hasta fines de 2014.
Para entonces, el actual funcionario llevaba un año como director general de Promoción Turística de la Ciudad de Buenos Aires. Ese sector también era manejado por su ahora ex jefe directo, el actual secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, quien en ese mismo lapso de tiempo ya llevaba un año como titular del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires.
En su renuncia, Díaz Gilligan aseguró que las denuncias que se efectuaron en su contra son falsas y que demostrará su inocencia en todos los ámbitos donde se lo reclame.
Horas antes de su dimisión, el ahora ex funcionario Díaz Gilligan había presentado un escrito a pedido de la Oficina Anticorrupción, a cargo de Laura Alonso, donde anticipaba que presentaría la documentación requerida para aclarar la situación. La OA, con la autorización del ministerio de Justicia, accedió a los anexos reservados de la declaración jurada y comprobó que efectivamente Díaz Gilligan no declaró el depósito de 1,2 millones de dólares en Andorra.
Con distintos matices, en las últimas horas diputados oficialistas e incluso funcionarios pidieron desde la renuncia de Díaz Gilligan hasta que brinde, al menos, explicaciones ante la Justicia.
Según pudo saber Tiempo, el Presidente le aceptó la renuncia, que habría surgido por iniciativa del propio Díaz Gilligan. En ese contexto, una de las interpretaciones que llegaron a este medio desde fuentes gubernamentales es que Díaz Gilligan no podía seguir haciendo pagar al Presidente Macri el costo político de su situación.
La carta de renuncia
Ingresé a la función pública y a la actividad política con la única finalidad de participar en un equipo que genere el verdadero cambio que nuestro país necesita hace décadas. Un cambio que permita proyectar un mejor futuro para todos los argentinos en un país que todavía tiene millones de compatriotas en la pobreza, manifestó Días Gilligan en los párrafos más salientes de su carta de renuncia.
En ese contexto, y a pesar del respaldo incondicional que sentí por parte de todos los miembros de nuestro gobierno, no creo necesario continuar aferrado al cargo en medio de un debate mediático sobre mis acciones en los años en los que estuve en la actividad privada, aseguró.
Por tal motivo, continuaré contribuyendo con las exigentes metas de transparencia que nos propusimos demostrando mi inocencia en todos los ámbitos en que se me reclame. Como manifesté públicamente las acusaciones que se hicieron en mi contra son falsas y así quedará debidamente comprobado, vaticinó.