Axel Kicillof obtuvo un triunfo arrasador por casi el 45% de los votos y fue reelecto al frente de la Provincia de Buenos Airees por cuatro años más. Le sacó una diferencia de veinte puntos a sus rivales. El escrutinio provisorio, que quedó congelado en el 98,22%, muestra que el mandatario ganó en siete de las ocho secciones electorales, recuperó más de un millón de votos respecto de las PASO del 13 de agosto, y logró dar vuelta la taba en municipios clave del Conurbano y el interior.
En agosto, Kicillof y su compañera de fórmula, Verónica Magario, habían obtenido en total 3.062.190 sufragios y este domingo llegaron a 4.233.092 votos (44,8%), una diferencia de 1.170.092 sufragios. Sus rivales quedaron detrás, lejos. Néstor Grindetti de Juntos obtuvo 2.511.108 votos (26,6%) y no logró siquiera igualar la marca que había obtenido la fuerza en las primarias cuando su boleta y la de Diego Santilli sacaron 210 mil votos más y llegaron a los 2,7 millones. Carolina Piparo, de La Libertad Avanza, quedó tercera y sacó 2.319.085 (24,59%), unos 333 mil más que en las PASO.
El despegue de Kicillof respecto de sus rivales sorprendió incluso a sus propios ministros que, de acuerdo a los números que manejaban, imaginaban que podía sacar una diferencia de «hasta 15 puntos». Aunque quedó lejos de la performance de 2019, cuando ganó con 5,2 millones de votos, el crecimiento en más de un millón de votos y el derrumbe de su principal opositor le sirvió para desmarcarse aún más.
El triunfo se explica por varias razones. La primera que marcan en el Ejecutivo es que creció el número de electores que fueron a votar y que no lo habían hecho en las primarias, y que muchos de esos votantes se identifican con el oficialismo. La participación pasó del 67% al 75%, ocho puntos más. A esto se le suma la caída de Juntos debido a la imposibilidad de la lista bullrichista de poder retener los votos de la boleta perdedora, tanto a nivel nacional como provincial. En el caso de los libertarios, sólo crecieron un punto en línea con la lista nacional, mostrando haber encontrado su techo. Finalmente, ni el escándalo de las fotos del ex jefe de gabinete, Martín Insaurralde, a bordo de un yate en Marbella ni el caso del puntero del PJ, Julio «Chocolate» Rigau, tuvieron un impacto negativo en las urnas.
La boleta de Kicillof ganó en siete de las ocho secciones electorales, un mapa muy diferente al de las PASO. En esa oportunidad, había ganado sólo en la primera y la tercera sección electoral. Ahora, también triunfó allí pero además se alzó con la victoria en cinco secciones del interior y estuvo a sólo un punto de ganar en la sexta -que comprende al sudoeste bonaerense-. En total, en la provincia, Unión por la Patria consiguió recuperar catorce intendencias.
En la Primera, la fórmula de Unión por la Patria cosechó un 44,61% y creció casi 500 mil votos respecto de agosto. Juntos sacó el 26,4% y retrocedió 43 mil votos. Los libertarios subieron 150 mil votos. En la Segunda sección, el oficialismo revirtió la derrota que había sufrido en las PASO y le sacó seis puntos de diferencia a Juntos.
En la Tercera, el conglomerado más importante en términos electorales, el oficialismo recuperó más de 580 mil votos y subió 10 puntos de una elección a otra. Pero además dio el batacazo en Lanús, el distrito de Grindetti, donde el dirigente de La Cámpora, Julián Álvarez, pasará a ser el intendente desde diciembre. La elección en La Matanza fue clave: la boleta de Kicillof y Magario llegó al 54,7% de los votos. Segunda quedó la de Piparo con el 22,7% y tercero Grindetti, que sólo cosechó el 17,6%.
En la Cuarta sección -oeste bonaerese-, el peronismo dio vuelta el marcador. El conteo cerró 37 a 35% para Juntos, mientras que en las primarias Juntos le había sacado 10 puntos de diferencia llegando al 42%. En la Quinta, sección siempre esquiva para el peronismo que es liderada por Mar del Plata en electores, Unión por la Patria también revirtió los 10 puntos de ventaja que le había sacado Grindetti y Santilli juntos y ganó por un punto. La batalla cerró 35 a 34.
En la Séptima sección electoral, conformada por municipios del centro de la provincia, también hubo sorpresa. En agosto, Juntos había ganado por 11 puntos -41 a 30-, pero este domingo el marcador terminó 36 a 33. Hubo en esta sección dos batacazos clave del peronismo, en los municipios de Olavarría y Azul, que estaban conducidos por Juntos y desde diciembre tendrán intendentes de Unión por la Patria. En la Octava, que sólo integra La Plata, la boleta de Kicillof subió 8 puntos y quedó a 10 de Juntos. El gobernador, que ya había sido el más votado en las PASO en la capital bonaerense, cosechó 54 mil votos más y superó los 182 mil. Allí, ganó el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, al intendente actual de Juntos, Julio Garro, por sólo 856 votos.
Juntos por el Cambio sólo triunfó en la Sexta sección, que conforman los municipios del sur, por un margen ajustado de 3700 votos. Aunque perdió casi cinco mil votos en el camino, Grindetti le ganó a Kicillof por 33,31% a 32,44%. El peronismo recuperó en esa sección más de 37 mil sufragios y le arrebató a la oposición distritos como Bahía Blanca, Patagones, Coronel Rosales y Tres Arroyos.
«Vamos a ganar el balotaje»
Kicillof habló este lunes, en conferencia de prensa, sobre el triunfo en las urnas. Lo hizo en el Salón Dorado de la Gobernación, acompañado por su vicegobernadora Magario y en medio del clima de euforia de ministros y funcionarios que los recibieron con una ovación. «Todavía estamos conmovidos y emocionados», dijo y luego calificó el triunfo «como un gran respaldo a las políticas que se llevaron a cabo y una enorme obligación con el pueblo».
También felicitó a los intendentes e intendentas electas y remarcó que el resultado electoral le permitió a Unión por la Patria recuperar 14 municipios, algo que atribuyó a las políticas provinciales puestas en marcha en cada distrito. «Este es el resultado de un método de gobierno que ha dejado atrás la discriminación partidaria: cada una de las obras, las rutas, las escuelas y los patrulleros fueron destinados a satisfacer las necesidades de todos y cada uno de los distritos», apuntó.
En este punto tuvo una mención especial para el electorado platense que lo respaldó y que votó a Julio Alak, quien fue su principal apuesta, quien logró imponerse en el escrutinio provisorio al intendente Garro. «Quiero agradecer especialmente el acompañamiento en la ciudad de La Plata, donde hemos hecho una elección histórica: junto a Julio Alak impulsaremos un shock de inversión pública para terminar con tantas postergaciones y trabajaremos para fortalecer e integrar toda la región capital», prometió.
Ya casi en el final, reiteró que ahora arranca la segunda campaña para lograr que Sergio Massa sea electo presidente. «La provincia de Buenos Aires no se salva sola: necesitamos que Sergio Massa sea el próximo presidente para contar con un gobierno nacional que defienda la producción, el trabajo, la salud y la educación», señaló y se mostró confiado en lograr ese objetivo: «En las PASO, Massa salió tercero, ahora la dimos vuelta y vamos a ganar el balotaje».