El Cordobazo fue una rebelión popular dirigida por la clase obrera que hirió de muerte a la dictadura de Onganía. Fue parte de la ola internacional del Mayo francés de 1968, la gran huelga general obrera y estudiantil contra De Gaulle, que se combinó con la Primavera de Praga contra la burocracia estalinista de la Europa del Este.
En la Argentina, el Cordobazo puso en juego la cuestión del poder. Al Cordobazo le siguieron el Tucumanazo, el Rosariazo, el Mendozazo, el Viborazo en la propia Córdoba. Fue el puntapié de un ascenso de las luchas obreras, surgieron sindicatos clasistas y el movimiento obrero pugnaba por un «gobierno obrero y popular», como fue el grito de la época. Como respuesta, se montó el Gran Acuerdo Nacional (GAN), que comprometió a Perón y al peronismo en una salida «institucional» condicionada. Sin embargo, el triunfo electoral del justicialismo en marzo de 1973 no significó un apaciguamiento de la lucha de clases.
En ese cuadro, el 6 de junio, el gobierno de Cámpora, a través de su ministro de Economía, José Ber Gelbard, firmó con la CGT (Rucci) y la central empresaria CGE (Julio Bronner) el «Acta de Compromiso Nacional para la Reconstrucción, Liberación Nacional y Justicia Social», rápidamente denominado como «Pacto Social». El Pacto Social se basaba en la idea de la «conciliación de clases» entre patrones y obreros, exactamente cuando en el movimiento obrero se desarrollaban tendencias clasistas y de independencia de clase.
Ese pacto social, que rápidamente entró en crisis, vino con un andamiaje de leyes regimentadoras del movimiento sindical, como la ley de Asociaciones Profesionales. Cuando las leyes no alcanzaron, apareció la Triple A. Un paquete de contención política y represión pro-patronal que venía a cumplir la tarea de acabar con el ascenso revolucionario que abrió el Cordobazo. El pacto social estalló con el Rodrigazo de 1975, al cual la clase obrera respondió con la huelga general impuesta desde abajo. Videla ahogaría en sangre el proceso.
En la presentación de su libro, Cristina propuso un «contrato ciudadano», que asoció al tercer gobierno de Perón. Ella misma lo comparó con el «pacto social» de 1973. Nosotros, en el 50° aniversario del Cordobazo, elegimos reivindicarlo para que la clase obrera, al frente de la nación explotada, termine con el régimen del FMI, de Macri y de los gobernadores del ajuste.