Un día después de que Estados Unidos impusiera aranceles de 10% y 25% a las importaciones de aluminio y de acero, el presidente Mauricio Macri decidió llamar a su par Donald Trump para expresarle su preocupación, mientras que el mandamás estadounidense le pidió ayuda para según el comunicado de la Casa Blanca- llevar democracia al pueblo venezolano.
Consternado por cómo afectará a las exportaciones argentinas la suba de aranceles que se firmó el jueves, Macri se agarró de un tuit del Trump para jugar la carta y pedirle una revisión. Debemos proteger y construir nuestra industria del acero y el aluminio mostrando al mismo tiempo gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos que nos tratan de manera equitativa tanto a nivel de comercio como de defensa, tuiteó el estadounidense, quien volvió a sacar el tema de Venezuela como cuando dialogaron sobre los limones en la visita de Macri a la Casa Blanca. La duda que surge es si el grado de amistad estará supeditada a lo que haga o deje de hacer Macri con respecto a Venezuela.
Según el comunicado de Casa Rosada, Trump se comprometió a evaluar un pedido para que la Argentina sea exceptuada de cualquier medida restrictiva que afecte las exportaciones de acero y aluminio hacia los Estados Unidos, pero desde Washinton sólo se informó que el tema fue tratado en la conversación, en la que se mencionó que charlaron sobre la Cumbre de las Américas que se hará en Lima en abril próximo, y sobre la situación financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Estados Unidos decidió establecer un sobre arancel a las importaciones de aluminio del 10 por ciento, y otro de acero con una tasa del 25 por ciento, en una medida basada en la defensa de la industria local y la seguridad nacional.
Recordó la Cancillería que los países que podrían ser exceptuados en esta instancia serían Canadá y México, aunque Trump afirmó que pueden ser más los que cuenten con ese privilegio, a través de un procedimiento que será anunciado en breve.
El Ministerio de Producción y la cancillería argentina enviaron el viernes de la semana pasada -ante la inminencia del anuncio- sendas notas al titular del Departamento de Comercio de EEUU, así como al representante de Comercio norteamericano en la Argentina, precisando los motivos por los cuales nuestro país entiende debería quedar exento de esta aplicación arancelaria.
Entre estos argumentos, se destacó la baja participación que tienen las ventas nacionales en el mercado norteamericano, ya que las exportaciones argentinas representan sólo 0,6 por ciento del acero y 2,3 por ciento del aluminio de todas las importaciones que hace EEUU en ambos rubros, «y por lo tanto Argentina no es causante ni contribuye a las distorsiones que afectan a los mercados mundiales y a los EEUU».