Al menos por ahora, el gobierno no demuestra mucho apuro por consensuar el texto del proyecto que remitió a Diputados sobre los cambios al Impuesto a las Ganancias. El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, mientras estuvo presente en reunión de la comisión de Presupuesto de la Cámara Baja, se mostró distante de los proyectos opositores, sobre todo el del Frente Renovador (FR), porque considera que tienen un costo fiscal muy alto. A esta altura, el escenario parlamentario muestra mayores posibilidades de que la oposición consensúe uno común y se llegue al martes seis de diciembre a disputar voto por voto el articulado normativo.
Hay mucha distancia con el proyecto del massismo, reconoció el presidente de la comisión de Presupuesto, el macrista Luciano Laspina. Si bien el oficialismo a la hora de pensar un consenso sólo considera al FR y, en menor medida, el bloque Justicialista de Diego Bossio, los mismos mantienen diferencias. La principal gira alrededor del costo fiscal del proyecto de Massa que, sostienen, supera en 30 mil millones de pesos que el remitido por el Poder Ejecutivo.
Las otras objeciones que le hacen a la iniciativa del massismo y que redactó Marco Lavagna están en los ítem que consideran para conseguir el financiamiento. El macrismo solo está dispuesto a sentarse a discutir el impuesto al juego a pesar de que en ese tema tienen algunas disparidades. No les gusta nada que se quiera implementar la renta financiera porque, juran, sólo se aplicaría a los plazos fijos y eso a la larga termina por afectar al crédito. Mucho menos quieren retomar un impuesto a la actividad minera que se puede parecer mucho a las retenciones. Si lo que dicen los macristas es cierto entonces las posibilidades de consensuar un dictamen con los bloques opositores más afines se reducen bastante.
También es cierto que todavía queda el miércoles y el jueves para encontrar una alternativa que los acerque. Cuando finalizó la reunión de la comisión, Laspina y Lavagna cruzaban llamadas telefónicas para concretar una reunión. El massista tiene previsto también sentarse con Axel Kicillof (Frente para la Victoria). Pero en el FpV sostienen que si el PRO tiene muchas diferencias con el proyecto del FR entonces con el del kirchnerismo la distancia se mide en años luz.
El massismo que se siente cómodo jugando a dos bandas espera que Cambiemos defina la hora y el lugar para comenzar a negociar un texto común. Salvo que el oficialismo esté convencido que el costo político de no acordar y llegar a un veto es menor que el de consensuar la ley, reflexionó uno de los diputados del FR ante la consulta de por qué estaban demoradas las negociaciones. Mientras esperan una señal del oficialismo, los massistas se sentarán mañana con Bossio y Kicillof. Si concretan algo, ese acuerdo bien podría fungir como el acelerador de una decisión más clara del oficialismo.
Por ahora, lo que más desvela a Cambiemos es la posibilidad de modificar las escalas de ganancias y no tanto el piso a partir de cuándo se comienza a pagar el impuesto. Durante la reunión, Prat-Gay se negó a blanquear la cifra y se limitó a decir que a todos nos gustaría bajar impuestos, pero bajar impuestos es quedarnos sin recursos para atender a los que están en situación más preocupante. Nada dijo de la decisión del Estado de anular las retenciones tanto al agro, salvo la soja, como a las mineras. Por otra parte, el titular de la AFIP, Alberto Abad, que también participó del encuentro, reconoció ante los periodistas que no tiene el dato pero que eso es menester del Ministerio de Hacienda.