Dos querellantes en la causa por espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos pidieron la declaración del periodista Santiago O’Donnell y del hermano de Mauricio Macri, Mariano, a raíz de la publicación reciente de un libro sobre el expresidente.
Los abogados Rafael Resnick Brenner, condenado por la Causa Ciccone, y Jorge Chueco, en juicio oral junto con el empresario Lázaro Báez, formularon el planteo ante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé, quien tiene a su cargo el expediente por el espionaje ilegal.
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Resnick Brenner y Chueco son querellantes en la causa de Lomas de Zamora porque sospechan que fueron espiados mientras estuvieron detenidos en la cárcel de Ezeiza. Ambos invocaron el contenido del libro desde la página 118 en adelante, y citaron algunos de los párrafos que vinculan a Mauricio Macri con el presunto espionaje.
“Empezó con el viejo preocupado por el marido de Sandra, pero después parece que a Mauricio le gustó el juguete, porque tuvieron el problema de las escuchas. El encargado de la seguridad de la familia hacía de nexo técnico con los del equipo que desgrababa y hacía las transcripciones. Se llamaba Guillermo Ponzo. De su mano me llegaron todas las transcripciones. Como yo era el único que tenía una relación asidua y cercana con Sandra, mi viejo me dijo: ‘Me tenés que ayudar. Estoy muy preocupado’. Y me fui metiendo. También dijo: ‘Lo mandé a escuchar. Pedile las cosas a Ponzo. Y decile a Mauricio’. Entonces le conté a Mauricio que papá quería montar una escucha porque no sabía si la integridad física de Sandra y los chicos peligraba”, reprodujeron del libro.
“El marido de Sandra le tiró los caballos encima a Mauricio diciendo que lo habían escuchado. No sé cómo se habrá enterado. El tipo consiguió un abogado, se acercaron al kirchnerismo, hicieron una presentación judicial contra Mauricio y entonces Mauricio le exigió a Sandra: ‘Desactivame ya a tu marido’. Incluso se le acercó Juliana y le dijo: ‘Mauricio puede ir a la cárcel’. Pero Sandra respondió que ella no podía hacer nada. ‘Él hace lo que le parece. Y se siente muy ofendido’. Mauricio le contestó: ‘Olvidate de mis hijos. Borrame de tu celular. Hasta acá llegó nuestra relación’. Me lo contó ella misma durante semanas, llorando todo el tiempo, muy empastillada porque se estaba muriendo de cáncer”.
Según los querellantes Resnick Brenner y Chueco, “lejos del cuentapropismo de agentes la AFI que se pretende instalar por parte de las defensas de Arribas y Majdalani, el relato expuesto viene a demostrar, una vez más, que todas las operaciones de espionaje ilegal, que se investigan en las presentes actuaciones, tanto como aquellas de otras jurisdicciones, se encontrarían orquestadas, dirigidas y ordenadas por Mauricio Macri, quien resultaría el principal recipiendario de la información obtenida y procesada por la AFI”.
“Resultará cuanto menos oportuno y esclarecedor, contar con las declaraciones testimoniales solicitadas, toda vez que observamos conductas que lucen como recurrentes, en los distintos estamentos del poder durante la presidencia de Mauricio Macri”, añade el escrito, al que tuvo acceso Tiempo.
En el libro, Mariano Macri describió: “Mauricio siempre quiso demostrar que la tenía más larga. De un hermano presidente yo hubiera esperado que suprimiera los servicios de inteligencia, que solo causan daño, que no tienen nada bueno que aportarle a la sociedad. Y que empezara un camino institucional transparente. Y bueno, no. Él quiso doblegar, y habrá operado en la justicia, más eficazmente o más torpemente. La justicia misma se le puso al servicio. Habrá operado con los servicios de inteligencia. Por algo puso a un amigo de la calaña del Negro [Gustavo Arribas], que por más afecto que le tenga es un tipo bien turbio: para continuar con las escuchas, los seguimientos, las carpetas”.